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Canícula académica Cientos de extranjeros disfrutan del verano asistiendo a clase en Andalucía

Sobre la toalla, un bolígrafo, un cuaderno de ejercicios, un diccionario, una botella de cerveza bien fría y un protector solar factor 16. Tina y Björn, dos estudiantes alemanes, apoyan la espalda en un hidropedal y sonríen encantados sobre la arena. Han venido para aprender el idioma sobre el terreno. Y aunque de momento no parece que tengan mucho éxito, porque hay que entrevistarlos en inglés, no cejan en el intento. Son una muestra de los cientos de extranjeros que deciden conjuntar ocio y aprendizaje durante el verano en Andalucía. Los cursos más solicitados son los de español, principalmente en academias privadas. Si se exceptúa la Universidad Internacional de Andalucía, que tiene sedes en Baeza (Jaén) y en La Rábida (Huelva), y que ofrece un amplio abanico de cursos y becas para extranjeros, el resto de las universidades andaluzas no promocionan en demasía los cursos veraniegos, o simplemente cierran hasta septiembre. En Sevilla, por ejemplo, ni la Hispalense ni la Pablo de Olavide han previsto ninguna programación específicamente estival, aunque desde la Universidad Pablo de Olavide ya se han organizado los primeros cursos de español para extranjeros para el verano del año 2000. "El clima, el buen profesorado, las largas noches españolas, la oferta cultural y los precios baratos". Estas son para Eva White, la responsable administrativa de las academias CLIC, las principales razones por las que los extranjeros toman la decisión de venirse a estudiar a España. Son las academias privadas las que se llevan el gato al agua en un negocio que está en franca expansión. La emergencia de este mercado en Granada la corrobora Antonio Perales. El presidente de la Asociación de Escuelas de Español de Andalucía considera que el verano sigue siendo temporada alta para este sector en la región. Las seis academias privadas reguladas por el Ministerio de Educación que existen en Granada acogen en estos meses a 700 alumnos. Pero no es oro todo lo que reluce. Cristina Sampere, secretaria de la Asociación de Escuelas de Idiomas de Andalucía Olé, denuncia la aparición durante el verano de academias ilegales que, tras tres meses en activo, cierran sus puertas con sustanciosos beneficios. Sampere asegura que "habrá unos 150 centros educativos homologados por el Ministerio de Educación en Andalucía, y la misma cantidad de academias en situación irregular". En Granada, el Centro de Lenguas Modernas congrega al mayor número de estudiantes llegados de fuera del país. Esta academia, que pertenece a la Universidad de Granada, ofrece cursos intensivos de español para extranjeros, de entre dos semanas y cuatro meses de duración. Desde mayo hasta el día de ayer, 767 estudiantes se habían matriculado en él; la gran mayoría, hasta un 40%, procede de los Estados Unidos. Y el 60% restante se lo reparten personas procedentes de países europeos y asiáticos, Japón sobre todo, que tienen en común al menos la edad; todos andan entre los 16 y los 50 años. Y todos pueden pagarse las 45.000 pesetas que cuesta un curso de 40 horas, o las 60.000 de uno de 80. La directora del centro, Minerva Alganza, asegura que los extranjeros no vienen sólo para aprender español. "Buscan incentivos culturales: excursiones, monumentos, museos, conciertos, teatro... Y por supuesto, ocio", explica. Las terrazas veraniegas de los bares de Plaza Nueva, huérfanas de granadinos, hacen su agosto gracias a los visitantes foráneos. El Centro de Lenguas Modernas ofrece, como complemento del idioma, cursos de civilización y cultura española, clases prácticas de conversación y español de negocios. "En los últimos tres veranos ha aumentado un 30% el número de estudiantes extranjeros en nuestro centro", asegura Alganza. En la Universidad de Cádiz, los cursos de verano acogen en su quincuagésima edición a un buen número de extranjeros en cada una de las jornadas temáticas. La admiración e inquietud del visitante se orientan más a los cursos de flamenco, al mar o a otros referentes típicos de la zona. Pero el auténtico hervidero de extranjeros se localiza en los cursos de español. Un total de 30 alumnos de diversas nacionalidades estudian -desde el 5 de julio y hasta fin de mes- en alguno de los tres niveles de enseñanza del castellano. Los docentes persiguen que los estudiantes extranjeros se desenvuelvan con facilidad en situaciones simples de la vida diaria, que expresen actitudes emocionales y que sepan utilizar el español en las relaciones sociales, profesionales y afectivas con naturalidad. Y con acento andaluz.

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Esta información ha sido elaborada por María Hernández Martí, Fernando Pérez Monguió, Rodrigo Ponce de León y Francisco Jiménez Titos.

La segunda lengua

Tina tiene 23 años y ya ha hecho algún curso de español en la universidad, donde estudia Sociología y Ciencias Políticas. "Es la segunda lengua del mundo, y va en ascenso", explica. "Creo que me será útil". Los motivos de Björn David, un aprendiz de ingeniero de 27 años, son otros. "Me gusta el windsurf, vengo a Tarifa todos los años, y quiero entender lo que se habla a mi alrededor". El método de aprendizaje es prácticamente el mismo. Van a clase cuatro horas diarias, en una de las numerosas academias de Málaga, y disponen del resto del día para divertirse y lucir sus conocimientos charlando con la población. Otros como Daniel, que paseaba ayer por Sevilla, no eligieron la ciudad por ningún motivo en especial. Sólo quería una buena academia. Zanetta simplemente se fiaba de su agencia. Bibiana, mientras, buscaba "la muestra de España" y cree haberla encontrado en la capital andaluza. Cada uno tiene su motivo.

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