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Entrevista:FELIP PUIG

SECRETARIO DE ORGANIZACIÓN DE CONVERGÈNCIA DEMOCRÀTICA "Si Jordi Pujol hubiese nombrado sucesor, nos llamarían monárquicos"

Francesc Valls

Felip Puig (Barcelona, 1958) es un hombre de partido, un disciplinado militante de lo que él denomina generación Pujol. Puig es el fogonero del partido. Su objetivo es que el tren de CDC siga adelante cuando el primer maquinista se haya jubilado. Ejerce de secretario de organización desde 1996 y goza de gran predicamento entre los sectores jóvenes del partido, los más ardientemente nacionalistas. Pregunta. Maragall se ha convertido en blanco de CDC. Respuesta. Yo soy de los que opinan que Maragall ya tiene la popularidad y la notoriedad suficientemente consolidadas para que pongamos en evidencia sus debilidades y carencias. Pasqual Maragall es el padre de la nueva bandera de la ciudad, el hombre que trató de esconder la identidad de Cataluña en unos Juegos Olímpicos, un político que se presenta a unas elecciones después de haber dimitido de sus responsabilidades a medio mandato de otras y, al fin y al cabo, un hombre del socialismo español. P. Pero la bandera de la ciudad, si no recuerdo mal, también la votó CiU. R. Sí, fue fruto en su momento de un cierto consenso político dentro del Ayuntamiento, pero Joaquim Molins y Convergència rectificaron su posicionamiento con posterioridad. Hemos dicho que, si podíamos, restauraríamos la bandera original de la ciudad sin esconder las cuatro barras... P. La cena de Maragall con empresarios parece que se le ha atragantado a Convergència. ¿Sienten que se ha invadido su territorio? R. Ésta es la sensación que se ha dado y seguramente es errónea. Que Pasqual Maragall, después de 20 años, descubra a los empresarios del país yo creo que es positivo. Nosotros nos reunimos, hace escasamente un mes, en la precampaña en Barcelona, con más de 1.500 botiguers y comerciantes de la ciudad, obviamente en una cena más modesta y con voluntad de compartir y no de recaudar. Lo grave de la cena de Maragall es el claro atentado contra la libertad de información y de expresión que impidió que algunos medios de comunicación pudieran seguir un acto público. P. El presidente de la Generalitat dejó entrever hace unos días que este otoño concurrirá por última vez a unas elecciones. ¿Se abre oficialmente la veda para hablar de sucesión? R. Yo creo que, más que hablar de sucesión de Pujol, de lo que debemos hablar y se hablará durante estos meses será de la generación Pujol, de todo el equipo que Jordi Pujol ha sabido configurar a su alrededor durante estos 20 años de acción de gobierno y 25 años de partido. Yo creo que se hablará de una generación Pujol muy rica, muy fructífera y muy numerosa. Los nombres que salen en este momento me parece que ya, sin ser exhaustivos, son importantes: Trias, Mas, Duran, Pere Esteve, Joaquim Molins, por no hablar de una segunda generación, gente más joven, que también estamos ayudando a consolidar este proyecto y a configurar un equipo de primera calidad, en ningún caso equiparable a otra fuerza política de hoy en Cataluña. P. Dicen que los grandes políticos nunca dejan sucesor. Felipe González ha dejado una situación más bien complicada en el PSOE. En Cataluña el pospujolismo, la sucesión de Pujol, no es que esté demasiado claro. R. Si Jordi Pujol hubiera nombrado sucesor, ¿qué se nos diría a Convergència?: que utilizábamos mecanismos sucesorios o monárquicos. No tendríamos estos problemas que podemos tener en el futuro si nuestro líder hubiera sido un líder mediocre. Preferimos tener ahora estos problemas, pero haber ofrecido a Cataluña un estadista de talla europea y mundial. P. Cuando el secretario general de CDC, Pere Esteve, vaya a Bruselas, ¿quién mandará en Barcelona? R. Pere Esteve irá a Europa dos o tres medias semanas al mes. En este sentido, el secretario general sabe que tendrá muy bien cubiertas las espaldas con el equipo de la secretaría de organización y de su dirección. No habrá ningún problema ni disfuncionalidad, continuaremos trabajando en equipo. P. ¿Felip Puig tiene ganas de seguir en la intendencia o más interés por salir a la escena parlamentaria? R. La verdad es que no sé si es un defecto o una virtud, pero mis ilusiones personales siempre han quedado encajadas y supeditadas a las oportunidades que me ha ofrecido el partido para trabajar. Yo soy un miembro más del equipo y mis aspiraciones personales todavía están a disposición de la voluntad del presidente y del equipo de CiU. P. Un espíritu muy benedictino... R. Es un espíritu muy de servicio y de equipo. Siempre he sido un buen jugador de equipo. No sé si benedictino o boy scout, me gusta más boy scout que benedictino. P. Lo decía por lo de ora et labora. R. La verdad es que sí, debe de ser influencia de mi abuelo, que era un gran admirador y amigo de los monjes de Montserrat. Estuve a punto de ir a la escolanía de Montserrat, pero mi madre se resistió a ello y aguantó la presión. P. Y hablando de espíritu monástico y voto de obediencia, ¿no cree que Unió se está portando muy bien últimamente, en el sentido de que evita polémicas? R. Con Unió debemos encontrar, y estoy convencido de que lo haremos, una fórmula para mejorar las relaciones. Estamos haciendo -tanto Convergència como Unió- los esfuerzos necesarios para evitar estas discusiones. P. Y como fruto de tanta armonía, habrá un número ocho -Josep Antoni Duran Lleida- de lujo en las listas de CiU. R. Parece que será así, por parte de CDC y por parte de UDC. Duran y el mismo presidente han dado este tema por zanjado. P. Unió ha reiterado que después de este otoño nada volverá a ser lo que era. De hecho, ha estado pidiendo que no les correspondan las pedreas políticas, sino los grandes premios. R. La lotería es cuestión de suerte o de invertir en ella mucho dinero. La política se rige por otros parámetros de mayor sentido común. Y en este sentido, estoy convencido de que en el marco de la coalición sabremos encontrar propuestas razonables para continuar conviviendo. P. ¿Qué les hizo bajar tanto en Barcelona?, ¿hablar de pacto con el PP? R. Influyó la expectativa de pactos con el Partido Popular en algunos ayuntamientos, en especial en la ciudad de Barcelona. Éste es uno de los elementos que han estado en juego durante esta campaña y que han motivado en parte el comportamiento del electorado, efectivamente. P. En la ejecutiva de CDC celebrada hace dos semanas se habló de la necesidad de recuperar la centralidad, una cierta moderación en el mensaje. Ahora toca guardar la foto de Pujol con Arzalluz y Beiras. R. Todo tiene un tiempo y todo tiene una oportunidad. Cuando planteamos el pacto fiscal y el pacto por el autogobierno, al mismo tiempo, implícitamente, hablamos de un pacto por la plurinacionalidad en España. P. Entonces, ¿no es necesario esconder ahora la foto de la Declaración de Barcelona? R. No es cuestión de esconder. Es que ahora se celebran las elecciones catalanas. Ya volveremos a tener complicidad con nuestros compañeros vascos y gallegos. Ahora toca el proyecto de Cataluña.

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