La momia va a la Universidad
Los profesores de la Universidad Complutense serán los encargados de determinar si la momia encontrada en el convento de San Plácido es o no la del pintor Diego de Silva y Velázquez. Estos restos fueron descubiertos hace cinco años por unos especialistas del Ministerio de Cultura mientras efectuaban la restauración de un cuadro del convento. En ese momento no se relacionó el hallazgo con la posibilidad de que el osario correspondiese a Velázquez, hasta que hace unos meses la Comunidad emprendió unas excavaciones en la plaza de Ramales, donde se alzaba la iglesia en la que fue enterrado el pintor en 1660, y que fue derribada entre 1809 y 1811. Nunca se ha encontrado un documento que pruebe que los restos del pintor fueran trasladados.La búsqueda de Velázquez iniciada por los investigadores regionales hizo que los técnicos de Bellas Artes sopesasen la posibilidad de que el cuerpo hallado en San Plácido -un caballero vestido tal y como lo describen los documentos de la época- fuera el del pintor.
Pronto surgieron dos teorías: de un lado, la Comunidad, que considera que los restos de Velázquez pueden seguir bajo la plaza de Ramales; de otro, la del Ministerio de Cultura, que cree más posible que la momia de San Plácido sea la del artista. Como ambos organismos no se ponían de acuerdo -ninguno tiene pruebas concluyentes de sus hipótesis-, se creó una comisión que agrupase a representantes de ambos bandos.
El comité, compuesto por diez especialistas del Ministerio de Cultura, Comunidad, Dirección General de Policía y arzobispado de Madrid, se reunió el pasado miércoles y determinó que fuesen los profesores del departamento de medicina forense, dirigidos por el catedrático y profesor emérito José Manuel Reverte, quienes hagan las pruebas y los escáneres necesarios. Estos análisis, según las fuentes oficiales, servirán para determinar "con gran precisión" si el cuerpo hallado en el cenobio madrileño corresponde o no al de Velázquez.
Para llevar a cabo estas pruebas, la Comunidad ha tenido que pedir un nuevo permiso al arzobispado para trasladar la momia del convento, ya que el único existente -según recordó en la reunión el especialista en patrimonio del arzobispado, José Félix de Vicente- sólo permite el levantamiento del cádaver para su estudio en el cenobio, pero no su traslado al exterior.
Técnicas destructivas
Esta decisión se tomó después de una tensa reunión, donde se enfrentaron dos posturas: de un lado, los especialistas de la policía judicial y los forenses, y del otro, la Comunidad de Madrid y el catedrático José Manuel Reverte, que rehusaban que el cadáver fuera llevado al Instituto de Toxicología. Argumentaron que las pruebas que allí se le iban a practicar resultarían "demasido destructivas" para la momia. Reverte proponía, y así se aprobó finalmente, que fuera la Universidad la que llevase a cabo el estudio, ya que los escáneres y radiografías no iban a dañar previsiblemente el cuerpo.Los análisis de la Universidad revelarán la edad, el año aproximado y la enfermedad de la que murió la persona examinada. Se analizarán los vestidos que cubren los restos del caballero -una especialista en vestimenta del siglo XVII es miembro del comité-, la configuración craneal del individuo -que será cotejada con los autorretratos del pintor- y hasta las huellas dactilares. Estas pruebas, según fuentes oficiales, no estarán concluidas hasta el próximo mes de septiembre.
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