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Draskovic reúne al doble de manifestantes que la oposición radical contra Milosevic

20.000 personas piden la dimisión del presidente yugoslavo en la ciudad de Kravujevac

En Serbia crece la rabia contra Slobodan Milosevic. Ayer, el líder opositor Vuk Draskovic, presidente del Movimiento Serbio de Renovación (SPO), que había llegado a ocupar una de las vicepresidencias del Gobierno yugoslavo, consiguió reunir a 20.000 seguidores en la localidad de Kravujevac, donde pidió la dimisión del presidente yugoslavo, en un discurso de tono moderado y conciliador. De este modo, Draskovic superaba ampliamente la capacidad de convocatoria de la oposición reunida en torno a la Alianza por el Cambio, que el pasado jueves sólo reunió a 8.000 personas en el mismo lugar.

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Kravujevac, ciudad de 200.000 habitantes situada 140 kilómetros al sur de Belgrado, lleva camino de convertirse en el primer foco de la protesta contra el régimen de Slobodan Milosevic. El pasado jueves se manifestaron en Kravujevac unos 8.000 seguidores de la Alianza para los Cambios para pedir la dimisión de Milosevic. Ayer lo hicieron los partidarios del Movimiento Serbio de Renovación (SPO), del camaleón político Vuk Draskovic. Para mañana, los reservistas del Ejército de Yugoslavia que no han cobrado amenazan con tomar la ciudad.En su discurso, Draskovic resumió su programa en tres exigencias: gobiernos de transición para Serbia y Yugoslavia, poner fin a las sanciones y obtener todo tipo de ayuda internacional en un plazo de seis meses y preparar elecciones democráticas a todos los niveles. Draskovic quiere un Gobierno reformista para Yugoslavia, formado por el Partido Democrático de los Socialistas (DPS), de Milo Djukanovic, el presidente de Montenegro, enemigo declarado de Milosevic. Si no se consigue, añadió, el país se encontrará al borde de una guerra civil.

La situación en la ciudad de Kravujevac es la mejor muestra de lo que está sucediendo en Serbia desde la derrota militar. Soldados reservistas convocados a filas durante la pasada guerra, que no cobran la paga prometida; la fábrica de automóviles Zastava (Bandera), la única del país, destruida por las bombas de la OTAN y con la casi totalidad de los trabajadores en paro; un ayuntamiento gobernado por la oposición, la alianza Zajedno (Unidos), que ganó en el otoño de 1996 las elecciones municipales; 30.000 familias que viven al borde de la miseria, y un alcalde, Veroljub Stevanovic, que evoca con nostalgia el aniversario de la ejecución de Draza Mihailovic, dirigente de los chetniks (guerrilleros realistas opuestos a los partisanos de Tito) y el cumpleaños del príncipe heredero de Yugoslavia Dos soldados uniformados, reservistas, llamados a filas para la guerra y licenciados tras la firma del acuerdo de paz, se quejan de que no han recibido los 112 dinares diarios (algo más de 1.500 pesetas al cambio oficial) que les habían prometido de paga. Ahora eso supone unos 600 marcos en el mercado negro; "eso es una suma importante, que permite vivir tres meses", dice Dusan, 33 años, padre de tres hijas de dos, cuatro y seis. Dusan se crió en Alemania, donde todavía viven sus padres, emigrantes yugoslavos, que trabajan en la multinacional química BASF. En 1991 vino Dusan de vacaciones a Yugoslavia y lo reclutaron para la guerra en Croacia, donde combatió como francotirador en Vukovar, hasta que le hirió otro que en el otro lado ejercía funciones similares. El resultado es una mano en la que le faltan trozos a un dedo y una gran cicatriz.

Con el inicio de los bombardeos, a Dusan le movilizaron de nuevo y esta vez sirvió en una unidad de defensa antiaérea. Asegura Dusan, sin el menor rubor, que derribaron ocho aviones y que conserva trozos de ellos en su casa. El reservista, que habla un perfecto alemán y concluyó allí el bachillerato, se muestra indignado por el trato recibido: "Si no nos hubieran prometido nada, yo habría ido a la guerra sin cobrar, pero ahora quiero que cumplan lo prometido. El lunes bloquearemos Kragujevac para protestar. La policía no podrá hacernos nada porque estamos uniformados. Sólo podrían dispersarnos con la policía militar".

La guerra de la OTAN le ha hecho perder su creencia en la democracia occidental, "tal como yo la conocí en Alemania o Italia. La OTAN bombardeó a los serbios para proteger a los albaneses. ¿Por qué no hace ahora algo para proteger a los serbios que se quedaron allí? ¿Por qué bombardean a los serbios y no hacen nada contra Turquía y la dejan asesinar a los kurdos? Me parece bien que Occidente eche de aquí a los comunistas. Yo prefiero Estados Unidos a Rusia. Ni uno solo de mis amigos apoya a los comunistas, pero no entiendo lo que han hecho e

n Occidente".

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