Un diálogo exclusivo para los sindicatos

Si el Gobierno no dudó en aprobar, el pasado mes de diciembre, las fundaciones públicas sanitarias por medio de una enmienda a la Ley de Acompañamiento de los Presupuestos en el Senado, donde el Partido Popular tiene mayoría, para el reglamento sobre nuevas formas de gestión se ha procurado el aplauso sindical. Sin necesitarlo. Pero a lo largo de los cinco meses de diálogo, se han descolgado la Confederación Estatal de Sindicatos Médicos (CESM), mayoritaria entre estos profesionales, que ve "lagunas importantes" en el texto, y UGT. La posición de estos dos sindicatos ha roto el deseo del Insalud de acallar las críticas de la oposición con el respaldo unánime de las centrales. De su lado quedan CCOO, el sindicato de funcionarios CSIF y el de enfermería SATSE.El diálogo con los sindicatos contrasta con la ausencia de debate parlamentario en torno a las fundaciones. El Gobierno esgrime a su favor el apoyo del PSOE, en 1997, a la ley sobre nuevas formas de gestión sanitaria, y el hecho de que en Andalucía, con las competencias transferidas y donde gobierna el PSOE, existen hospitales gestionados de forma similar.

El organismo que preside Núñez-Feijoo tampoco ha contado con los ayuntamientos o las comunidades. Las 10 cuya sanidad aún gestiona no han tenido nada que decir a pesar de que son las herederas del modelo, ya que están pendientes de las transferencias.

Sólo después de la entrada en vigor del reglamento podrán los hospitales entrar en la carrera para convertirse en fundaciones. De los 82 del Insalud, 67 ya cuentan con un plan estratégico, necesario para dar el primer paso formal.

Por ahora suenan siete hospitales interesados: dos en Baleares (donde el Gobierno autónomo ha pasado a la izquierda), uno en Murcia y otros cuatro en Madrid (Severo Ochoa de Leganés, Getafe, Príncipe de Asturias de Alcalá de Henares, todos en municipios socialistas, y el Clínico).