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CRISIS EN IRLANDA DEL NORTE

Blair se compromete a recuperar el acuerdo de Viernes Santo para evitar un vacío de poder

El proceso político norirlandés entra en un "periodo de revisión" tras el boicoteo del Partido Unionista del Ulster (UUP) a la nominación de los ministros del Gobierno autonómico compartido. Tony Blair y Bertie Ahern, primeros ministros de Reino Unido e Irlanda, se reunirán la semana próxima para fijar la modalidad y calendario de la revisión que difícilmente comenzará antes del otoño. Mientras tanto, la disidencia de ambas comunidades, protestante y católica, y los grupos paramilitares aprovecharán el vacío político para reforzar su mensaje en contra del proceso de paz.

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En el encuentro de la semana próxima, Blair y Ahern fijarán la "naturaleza, agenda y calendario" de la revisión del Acuerdo de Viernes Santo, que sigue sin aplicarse después de que hayan pasado 15 meses desde su aprobación por la mayoría de los partidos norirlandeses y el electorado de la isla de Irlanda. La fórmula que permita coordinar la formación del Gobierno autonómico con el programa de entrega de las armas paramilitares será el eje central de las discusiones entre ambos jefes de Gobierno. Es el viejo problema que enfrenta a unionistas y republicanos y que malogra el progreso del proceso de paz. Las soluciones aportadas hasta el momento -desarme anterior a la nominación de ministros; desarme simultáneo al traspaso de competencias al Gabinete de Belfast o, la última, suspensión de las instituciones autonómicas si el desarme no se cumple dentro de unos plazos específicos- han conducido invariablemente al fracaso.La nueva estrategia es imposible de predecir en el ambiente de acrimonia y tras los cruces de acusaciones suscitados por la ausencia de los diputados unionistas de David Trimble en la sesión plenaria de la Asamblea de Irlanda del Norte, que nombró ayer a los ministros nacionalistas y republicanos del autogobierno.

El propio Blair se resignó ayer a aguardar hasta el otoño para poner a prueba un nuevo camino hacia la paz. "Una pausa durante el verano para tener tiempo de dialogar y considerar el asunto ayudará", señaló el primer ministro. Blair define como un problema de "confianza" la falta de un compromiso en Irlanda del Norte. Y el muro de desconfianza alcanzó ayer cotas similares al periodo anterior al histórico Acuerdo de Viernes Santo. De limitarse a los sectores unionistas y republicanos pasa, desde ayer, a cubrir todo el espectro de la comunidad política del Ulster.

Al dimitir de su cargo como viceministro principal, el nacionalista moderado Seamus Mallon exigió el mismo gesto por parte de Trimble. El líder unionista, dijo Mallon, puede hablar en nombre del Partido Unionista del Ulster (UUP), pero ha perdido la capacidad para representar a protestantes y católicos, labor que le corresponde a Trimble como ministro principal designado.

"Si no aprenden a entenderse los unos con los otros, la política normal nunca tendrá lugar en Irlanda del Norte", advirtió Tony Blair. El primer ministro se mostró convencido de que "las recriminaciones concluirán" y los partidos políticos "trabajarán juntos para construir la confianza".

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El intervalo hasta que todas las partes se vuelvan a sentar a negociar será aprovechado, sin embargo, por los sectores contrarios al proceso de paz.

El unionista radical Ian Paisley, que participa en la Asamblea de Belfast para hundir desde las mismas instituciones el Acuerdo de Viernes Santo, festejó la crisis como "un buen día para Irlanda del Norte". "La democracia ha triunfado y los hombres del IRA [Ejército Republicano Irlandés] no están en el Gobierno", declaró ufano.

La traición de los políticos

Las palabras de Paisley chocan con la interpretación de Sean Neeson, de la Alianza, un partido bicomunitario próximo al unionismo, sobre el riesgo real de la negativa de Trimble a formar el autogobierno. "Permitirá a los disidentes de todos los sectores minar el proceso democrático. No hay ganadores, tan sólo grandes perdedores. Mis hijos, nuestros niños, han sido traicionados por los políticos", denunció en la fracasada sesión que celebró ayer la Asamblea.Al margen de los disidentes políticos, los grupos armados podrían rellenar el vacío en los órganos de poder norilandeses. "La comunidad unionista ha cometido un suicidio político", advirtió David Ervine, del Partido Progresivo Unionista, rama política de los paramilitares de la Fuerza Voluntaria del Ulster (UVF). No había señales ayer de una potencial ruptura en las treguas de las principales bandas, tanto del IRA como de los lealistas de la UDA (Asociación para la Defensa del Ulster), la UVF y los UFF (Combatientes por la Libertad del Ulster). Pero en todas las organizaciones hay elementos radicales opuestos al Acuerdo de Viernes Santo que podrían extender su campaña de terror en las próximas semanas.

El aniversario del mortal atentado de Omagh, el 15 de agosto, recordará el riesgo que corre la sociedad cuando fallan los políticos.

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