Discriminación en un clima de convivencia deteriorado

Tras el pleno, en los pasillos del Consistorio, la alcaldesa Rita Barberá se acercó a las cinco mujeres, hijas de pescadores de El Palmar, que reclaman ante los tribunales su ingreso en la cofradía. En un alegato contra la discriminación sexual se mostró deseosa de "les entraran en la cabeza las ideas de la Constitución" a los miembros de la comunidad de pescadores. Comparó la situación con la limpieza de las calles: si la empresa concesionaria no retirara los residuos, el Ayuntamiento tomaría medidas para afrontar el problema. La portavoz de las mujeres, Carmen Serrano, le replicó que temen ser víctimas de represalias físicas y le expuso con crudeza que la convivencia entre miembros de la misma familia en "un pueblo muy pequeño" se han deteriorado profundamente en los últimos meses. Asegura que los insultos se han convertido en el saludo más frecuente que reciben al pasar ante algunas casas y comercios. En la conferencia de prensa, la portavoz socialista en el Ayuntamiento de Valencia, Ana Noguera, reclamó una solución lo antes posible, porque cada vez que habla con las mujeres de El Palmar le confiesan que temen ser víctimas de una agresión física en cualquier momento.