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Tarancón y su extraño silencio

A la espera de la investidura de Eduardo Zaplana y de la formación de su nuevo Gobierno, el protagonismo político de la semana ha estado marcado por las revelaciones periodísticas sobre la gestión del consejero de Cultura y Educación en funciones, Manuel Tarancón, durante su etapa como presidente de la Diputación de Valencia. EL PAÍS por un lado y Levante por otro, han coincidido en informar sobre una serie de anomalías en la gestión de los fondos destinados a la cooperación internacional por esta institución provincial durante la presidencia de Tarancón. Durante dos años, Tarancón subvencionó con más de 35 millones de pesetas a tres organizaciones no gubernamentales (ONG) vinculadas a su asesor personal para cooperación en la Diputación, Armando José Mena, un abogado nicaragüense muy próximo al presidente de la república, Arnoldo Alemán, según la información publicada por este periódico. Por otra parte, según el otro rotativo, la consultora contratada por la institución provincial para evaluar previamente los proyectos de cooperación de las ONG que solicitaban subvenciones encontró deficiencias en los programas de las asociaciones vinculadas a Mena y advirtió sobre ellas a la propia Diputación. El asunto se suma a otras revelaciones periodísticas sobre las relaciones de determinadas ONG y destacados dirigentes del PP en la Comunidad Valenciana, entre las que destaca la protagonizada por Pueblos Fraternos, presidida por un dirigente de este partido. Esta ONG fue fundada por antiguos responsables de la Confederación Empresarial Valenciana (CEV) cuando la secretaría general de la patronal estaba en manos de Luis Espinosa. Dos días antes de registrarse en el ministerio del Interior, la citada ONG recibió ayudas de la Agencia Española de Cooperación Internacional (AECI), en la actualidad dirigida por Espinosa, que se sumaron a las otorgadas por la Diputación en la etapa de Tarancón. El asunto se encuentra en estos momentos en los tribunales y el secretario de Estado para Iberoamérica y Cooperación Internacional, Fernando Villalonga, de quien depende la AECI, ha anunciado ya la dimisión de Espinosa en el caso de que resulte imputado. Todas estas revelaciones periodísticas contrastan con el sepulcral silencio mantenido sobre el caso por Tarancón. Es posible que haya decidido esperar a su confirmación como miembro del Gobierno de Zaplana parar aclarar el asunto, pero su silencio es tanto más extraño por cuanto en su etapa al frente de la institución provincial Tarancón se distinguió precisamente no sólo por primar las ayudas a Nicaragua, sino también por la ostentación de sus relaciones con Alemán y por la proliferación de sus viajes a dicho país, que le llevaron incluso a cruzar el charco para coordinar personalmente las ayudas valencianas a las víctimas del Mitch. Y más allá de que los partidos de la oposición soliciten la apertura de una investigación sobre el asunto, el caso merece una atención especial porque está en juego algo mucho más importante que unas irregularidades: la intromisión de los partidos en el ámbito de las ONG y el correspondiente desprestigio que esto conlleva para una forma de ayuda al desarrollo que ha concitado amplios apoyos de la ciudadanía. Y eso sí que sería grave.

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