Los precios de los pisos nuevos suben en la capital el doble que en el resto de municipios
Vivir en Madrid en una casa nueva es un sueño cada vez más inalcanzable para la mayoría. El precio de la vivienda en la capital ha registrado en el primer semestre de este año una de las subidas más altas de toda España, un 4,4%, según la Sociedad de Tasación. Ese porcentaje sitúa el precio del metro cuadrado en 272.700 pesetas y casi iguala la subida que auguró la tasadora para todo el año (un 5%). La subida de Madrid dobla el incremento medio registrado en las principales localidades de la región, donde han preferido la gestión del suelo a través de consorcios públicos.
El Ayuntamiento de Madrid, gobernado por el PP, ha dejado esa tarea en manos de privados (fundamentalmente grandes constructoras y promotoras inmobiliarias) que aún no han puesto ni un solo ladrillo de viviendas en los nuevos barrios. Los precios de los pisos nuevos en Madrid siguen calientes. Un informe de la Sociedad de Tasación sitúa el precio medio de la vivienda en la capital en 272.700 pesetas el metro cuadrado, un 4,4% más caro que hace seis meses. Una vivienda tipo de 100 metros cuadrados, que en diciembre de 1998 costaba 26,1 millones, ha pasado a costar casi 27,2 millones de pesetas. El distrito más caro es Chamartín, con un precio medio por metro cuadrado de 368.000 pesetas, con un incremento que triplica la media de la capital (12,2%), seguido de Salamanca (365.500 pesetas el metro cuadrado) y Chamberí (354.000 pesetas) . Se da la paradoja de que Chamartín es, precisamente, la única zona de Madrid donde han comenzado los trabajos de uno de los nuevos barrios, el de Sanchinarro. Los nuevos barrios, con más de 75.000 viviendas previstas, son, según el Gobierno municipal del PP, la solución para enfriar el precio de la vivienda en la capital. Aún no se ha notado ni un céntimo.
Terrenos públicos
Es también Chamartín el distrito donde está diseñada la operación urbanística más importante de Madrid, con la recalificación de los terrenos de Renfe para prolongar casi tres kilómetros el paseo de la Castellana, en la denominada Operación Chamartín. Sobre ese nuevo suelo residencial se levantarán más de 14.000 viviendas. Todas ellas de precio libre y, por tanto, caras. La falta de promociones de viviendas baratas es uno de los factores que inciden en el alza de los precios que registra la capital, según los expertos. Mientras que los gobiernos de otras localidades han favorecido la creación de consorcios públicos con la Comunidad para la promoción de viviendas de protección oficial y precio tasado, los dirigentes municipales de Madrid renunciaron a esos consorcios. En el último año, sólo el 11,5% de las casas que salieron a la venta contaban con protección oficial. El grupo municipal PSOE-Progresistas criticó ayer, a la vista de los nuevos precios, la gestión del PP en la capital. "Si el municipio entrega suelo a iniciativas privadas, como está haciendo, abandona la responsabilidad pública de controlar, desde su gestión, el precio de las viviendas", afirma Matilde Fernández, portavoz socialista de urbanismo.
Para paliar esa situación, PSOE- Progresistas va a proponer que la Operación Chamartín, adjudicada a Argentaria, sea pilotada por un consorcio público en el que estén presentes las tres administraciones (central, autónoma y local). "Queremos recuperar plusvalías para la ciudad para poder incluir en la Operación Chamartín viviendas protegidas y servicios sociales", explica Matilde Fernández.
Demanda
En la Sociedad de Tasación atribuyen a dos factores la espectacular subida de los precios en la capital: "Madrid es la ciudad más cara dentro de la Comunidad, porque tiene unos costes de suelo bastante altos. En el centro de la ciudad puede llegar a representar el 40% o el 50% del precio de la vivienda, cuando lo normal es que el precio del suelo represente un 20% o un 25% del precio final", explica José Luis Estevas-Guilmain, vicepresidente de esa entidad. Estevas-Guilmain cree que las casi 80.000 viviendas previstas en los nuevos barrios frenarán la subida de los precios los próximos años, pero su efecto no se notará en el centro de la ciudad: "Quien quiera vivir en el centro tendrá que seguir pagando un plus de centralidad".
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
¿Tienes una suscripción de empresa? Accede aquí para contratar más cuentas.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.
Archivado En
Últimas noticias
La última apuesta de Petro: salario mínimo histórico, reforma laboral en marcha y ley de financiamiento por decreto
La presidenta Sheinbaum afronta la tragedia del Tren Interoceánico como remate de un año “complicado”
El descarrilamiento del Tren Interoceánico alimenta las críticas de la oposición y señalamientos contra el proyecto
Detenido un implicado en el homicidio de Carlos Manzo que participó en el chat donde se planeó
Lo más visto
- La Audiencia Nacional avala la decisión de Robles de retirar el nombre de Franco a una bandera de la Legión
- Trump anuncia la destrucción de una instalación de producción de drogas en Venezuela
- Rusia amenaza con romper las negociaciones tras acusar a Ucrania de atacar una residencia de Putin
- Alain Aspect, Nobel de Física: “Einstein era tan inteligente que habría tenido que reconocer el entrelazamiento cuántico”
- La larga sombra del hijo único: China paga con una crisis demográfica su mayor experimento social




























































