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EL ACUERDO DE STORMOMONT

Clinton celebra el acuerdo y pide que no se destruya lo logrado

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El presidente de Estados Unidos, Bill Clinton, que ha seguido de cerca y desde el principio el proceso de paz en el Ulster y que en los últimos días ha participado activamente, a través del teléfono, en el desenlace de ayer, pidió a protestantes y católicos que aprovecharan la oportunidad: "Que nadie deje que esto se venga abajo", advirtió. Clinton aprovechó para lanzar un mensaje dirigido a aquellos que contemplan el plan acordado de manera pesimista: "Aquí hay garantías para todas las partes", aseguró. En opinión de Clinton, "nadie va a conseguir algo a cambio de nada" y todos tendrán que cumplir ahora los acuerdos firmados el Viernes Santo de 1998. Para el presidente, que dio "la mejor de las bienvenidas" al acuerdo, la clave reside en que todos los ciudadanos de Irlanda del Norte, tanto protestantes como católicos, "van a tener la oportunidad de construir su propio destino y de tener su propio Gobierno". Y, lo que es más importante, "nos da la ocasión de acabar con las armas y con la violencia para siempre".

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Ayer, frente a las reacciones tibias o de descontento con el pacto entre el primer ministro del Reino Unido, Tony Blair, y el primer ministro irlandés, Bertie Ahern, Clinton se dirigió a los disconformes y subrayó que se está ante una gran oportunidad para resolver de manera definitiva el problema de Irlanda del Norte "de forma adecuada para todo el mundo".

Clinton reiteró el compromiso de Estados Unidos con el proceso de paz. Ya a principios de esta semana, cuando el dirigente norteamericano entró activamente en la presión telefónica a cuatro bandas -con los primeros ministros Blair y Ahern y los dirigentes unionista y católico, David Trimble y Gerry Adams- Clinton manifestó su optimismo ante el eventual desbloqueo y dijo que la clave de que las cosas vayan bien en Irlanda del Norte "es que las fuerzas protagonistas lleguen al convencimiento de que el precio a pagar por el fracaso es mayor que el precio del compromiso".

Oferta de mediación

Entre el miércoles y el viernes, Clinton jugó un papel protagonista en el último tramo de la negociación, cuando se había superado ya el calendario establecido para el final de las discusiones. El presidente norteamericano volvió a ofrecerse públicamente el jueves como mediador para rescatar el acuerdo y señaló que la Casa Blanca ha estado "prácticamente en continuo contacto" con todas las partes para resolver el desarme del IRA. Clinton admitió haber proporcionado algunas ideas propias para romper el callejón sin salida al que se había llegado en cuanto al calendario del desarme y a la formación del Gobierno. "Sería muy duro de entender para la comunidad internacional que no se pudiera llegar a un acuerdo". Si ocurriera algo así, añadió, "no sería exagerado considerarlo como una tragedia".

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