Guipúzcoa instalará sistemas de secado para reciclar el fango de las depuradoras
El fango que genera la actividad de las estaciones depuradoras de aguas residuales comienza a ser un problema en Guipúzcoa y exige una solución que permita sanear este residuo orgánico para reutilizarlo como abono en la agricultura o como combustible en la industria. Los consorcios de aguas de la provincia han optado por instalar en las depuradoras un sistema de secado térmico que elimina las bacterias del fango. La Diputación ha valorado el coste anual de este tratamiento en 1.000 millones de pesetas (seis millones de euros).
Cuando estén en funcionamiento las trece estaciones depuradoras de Guipúzcoa, como recoge el plan de saneamiento redactado por la Diputación, esta provincia producirá al año 25.000 toneladas de fango que ocuparán un volumen total de 108.602 metros cúbicos. El fango es el lodo que se queda sedimentado en las depuradoras como resultado del proceso de saneamiento de las aguas residuales urbanas e industriales. La acción de las bacterias, que destruyen la materia orgánica y los nutrientes del agua no saneada, produce un residuo biosólido con apariencia de barro que desprende malos olores y es agua en el 90% de su composición. El diputado de Urbanismo y Obras Hidráulicas en funciones, Jorge Letamendía, avisó ayer de que la cantidad de fango que se generará en el futuro será la cuarta parte de los residuos sólidos que se depositan en los vertederos guipuzcoanos. Ante esta perspectiva, los tres consorcios de aguas del territorio han planeado la colocación de sendos sistemas de secado térmico en las depuradoras de Loiola, Hondarribia, Legorreta y Elgoibar. Esta técnica deshidrata el fango almacenado en las depuradoras, reduce su volumen en un 90% y se obtiene un material reciclado cuyo destino último pueder ser el depósito en un vertedero o la utilización como abono o combustible en cementeras. Letamendía explicó que cada planta de secado térmico cuesta 1.300 millones de pesetas (7,8 millones de euros) y el sistema de tratamiento genera un gasto global de otros 1.000 millones de pesetas al año. La implantación de este sistema, añadió Letamendía, " se repercutirá en la factura del agua" de acuerdo con las tarifas que establezcan los consorcios del Añarbe, Txingudi y Guipúzcoa. La Diputación ha rechazado otras alternativas, como el compostaje, la incineración o el prensado mecánico, por considerar que el secado térmico es "una solución medioambiental muy eficaz y novedosa". En Navarra, en cambio, está muy extendido el compostaje y en Vizcaya se opta por la incineración. Por otro lado, los empresarios Josetxo Atin y Ramón Gaztelumendi presentaron ayer un tipo de abono natural obtenido del tratamiento de los residuos vegetales procedentes de las podas, siegas y limpieza de jardines. Con un método de fermentación natural controlado, la empresa Konposgune, ubicada en el municipio guipuzcoano de Gabiria, ha convertido 600 toneladas de desechos vegetales en un compost que se vende a 4.500 pesetas el metro cúbico.
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