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Un Ejecutivo orientado a la cooperación con el sur

El mapa institucional de Irlanda del Norte, diseñado en el Acuerdo de Viernes Santo de 1998, contiene ya una serie de piezas a las que el lento progreso en las negociaciones impide su entrada en vigor. El resultado de las largas sesiones multipartitas no accionará inmediatamente el mecanismo de arranque formal de las instituciones, pero, al menos, orientará sobre el calendario previsto para el traspaso de la serie de competencias. La composición del órgano más visible, la Asamblea de Belfast, da una idea precisa de las dificultades en el camino emprendido por los políticos norirlandeses bajo el auspicio de los Gobiernos de Londres y Dublín. Un total de 28 de los 108 escaños de la Asamblea están ocupados por unionistas que se oponen al acuerdo. Curiosamente, en esta fase del proceso las dificultades no emanan de este grupo de disidentes protestantes, sino del colectivo de 28 diputados del Partido Unionista del Ulster (UUP) y de los 18 del Sinn Fein, cuyos líderes aceptaron el acuerdo hace ya 14 meses.

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La Asamblea trabaja, asegurando con ello sueldos en torno a los 7,5 millones de pesetas anuales para los diputados, de 14 millones para el viceprimer ministro y de 15 millones para el primer ministro, en preparación de la aplicación del Acuerdo.

Diez carteras

El Legislativo ha acordado hasta la fecha la estructuración del Gobierno autonómico en diez carteras ministeriales, cuya formación está pendiente del resultado de las negociaciones. Aprobó, además, las áreas de cooperación y seis organismos de cooperación transfronteriza que, una vez transferidos los poderes, tendrán competencia sobre toda la isla de Irlanda. Pero su localización es aún un problema por resolver. El Consejo Ministerial Norte-Sur, integrado por los responsables de los Ejecutivos de Belfast y Dublín, será el organismo clave creado por el Acuerdo de Viernes Santo. Es el embrión de poder de una futura Irlanda unida, según la aspiración de las comunidades nacionalistas y republicanas, que promoverá la cooperación entre dos pueblos divididos desde los años veinte.

"Los nuevos organismos brindan la oportunidad de trabajar en nuestro mutuo beneficio", señaló recientemente el primer ministro irlandés, Berie Ahern, en relación a sus vecinos del norte. Estos seis entes, especializados en áreas de desarrollo comercial, aguas y alimentación, entre otras, podrían extenderse en el futuro hasta cubrir los sectores de turismo, transporte, sanidad y otros donde la cooperación se lleva a cabo de momento de una forma escasamente coordinada.

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