LA CRÓNICA La Fòrum de Tarragona ISABEL OLESTI
Cada vez que recibo una invitación para asistir a alguna exposición fotográfica de la galería Fòrum me vienen a la mente aquellos incipientes años ochenta, cuando un sábado al mes cogíamos el viejo Citroën de Daniel Casanovas -fotógrafo que nunca ha tenido prisa por triunfar, pero que bien pronto dará la campanada-, lo llenábamos de gente y nos desplazábamos de Reus a Tarragona para asistir también a una inauguración de la Fòrum. Por aquel entonces mis conocimientos de fotografía se limitaban a las que hacía mi padre en cada uno de sus viajes y, yendo un poco más lejos, me sonaba Català Roca por haberlo visto en enciclopedias y por ser de Valls. La verdad es que, a excepción de Daniel Casanovas, que estaba dentro del mundillo, el resto de la comitiva íbamos a Tarragona de fiesta y aquella opening era la excusa para romper la rutina de los en general aburridos fines de semana en Reus. Sólo comentaré la sorpresa que se llevaban los artistas viendo a mi amiga retocarse el maquillaje aprovechando el cristal de alguna foto enmarcada. Pero poco a poco, y sin darnos cuenta, nos fuimos educando en el arte y aprendimos a distinguir y admirar a cada nuevo fotógrafo: Catany, Vallhonrat, Fontcuberta, Ribas, Oukalele, Formiguera, Esclusa... nombres ahora indiscutibles y consagrados. Fue precisamente Joan Fontcuberta quien inauguró el 1 de noviembre de 1981 la galería Fòrum en la calle de Santa Anna. Chantal Grande y David Balsells -actualmente director de la Primavera Fotográfica de Barcelona y conservador del departamento de fotografía del MNAC- emprendieron la aventura de abrir una galería dedicada exclusivamente al arte fotográfico. En toda España sólo tenían el precedente de Spectrum, de Barcelona, cerrada en los setenta y con la fama de no pagar las fotos vendidas ni devolver los originales, por lo que David y Chantal tuvieron que ganarse a pulso la confianza de los fotógrafos ya que nadie quería repetir la mala experiencia. Y lo lograron. Los dos sabían que era un riesgo abrir una galería lejos de Barcelona y aún hoy se lamentan de la poca repercusión que tienen sus exposiciones fuera de Tarragona, tanto periodística como institucionalmente. "La Fòrum es del sur y la gente no baja al sur ni se interesa por lo que ocurre aquí", dice Chantal. Aunque es curioso que sí hayan salido en Le Monde, Liberation o Le Figaro. Nunca han tenido la visita del alcalde ni de un consejero de Cultura a pesar de que el actual es de Vila-seca, a 10 minutos de Tarragona. Sólo en la última inauguración -la vigilia de las elecciones- se produjo la sospechosa aparición de un candidato de la lista de Esquerra Republicana. Actualmente es Chantal quien lleva todo el peso de la Fòrum, además de dirigir la programación del Tinglado de Tarragona. "Hubo una época en la que se compraba fotografía. Ahora es excepcional encontrar a un coleccionista. Ni siquiera las instituciones nos han comprado nunca nada. Pero por suerte hace unos años que la fotografía se empieza a valorar y está aceptada como arte contemporáneo". La Fòrum pertenece a una red europea de galerías que se intercambian los artistas. Así han podido traer la obra de los mejores fotógrafos del momento. "Para nosotros es gratificante saber que en cualquier galería de Nueva York nos conocen". Actualmente existen galerías de fotografía en Zaragoza, Valencia y Barcelona. En Madrid no hay ni una, mientras que en París pasan de 15. La Fòrum cambió de local en 1994. Ahora está en un piso de una de las magníficas casas señoriales de la calle de Cavallers. La exposición que nosotros visitamos es del madrileño Manuel Sonseca, pero Chantal ya está enfrascada en proyectos para el próximo año, que quiere dedicar a la mujer; también tiene la cita ineludible de la Primavera Fotográfica. Seguiré recordando la Fòrum como ese pequeño rincón de Tarragona que me descubrió el mundo fantástico de la fotografía.
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