El Gobierno trasladará el centro de internamiento de extranjeros a la Zona Franca

La Delegación del Gobierno en Cataluña va a remozar sus infraestructuras de seguridad y atención al inmigrante en Barcelona. La delegada Julia García-Valdecasas arrancó un compromiso del Gobierno central la semana pasada para trasladar el controvertido centro de internamiento de extranjeros de la Verneda al polígono de la Zona Franca antes del 2003. Además, la Subdelegación del Gobierno en Barcelona abrirá dentro de un año y medio una nueva Oficina de Extranjeros en un lateral del edificio del Parque Móvil del Estado, frente al campus Jaume I de la Universidad Pompeu Fabra, en la Ciutadella. El Gobierno reformará parte de las instalaciones de la Unidad de Intervención Policial (UIP) en la Zona Franca, concretamente la destinada a caballería. El nuevo centro de internamiento de extranjeros, que costará unos 450 millones de pesetas, ya cuenta con los primeros estudios técnicos, según ha confirmado el subdelegado del Gobierno en Barcelona, David Bonet. Bonet asegura ser consciente de "las limitaciones" de la comisaría de la Verneda para alojar a los inmigrantes detenidos por falta de documentación, los cuales residen un máximo de 40 días en el semisótano mientras se tramita el expediente de expulsión. Partidos políticos y organizaciones sociales han criticado recientemente la precariedad de estas instalaciones, que, a la espera de su traslado, serán reformadas este verano para abrir un nuevo patio en el que los inmigrantes podrán pasear al aire libre. Nueva Oficina de Extranjeros La actual Oficina de Extranjeros que la Subdelegación del Gobierno tiene en un local alquilado en la avenida del Marquès de l"Argentera se ha quedado desfasada. Es pequeña y el personal es escaso para terminar con las largas colas de inmigrantes que habitualmente se forman. Por este motivo, la subdelegación ha conseguido que el Ministerio de Economía y Hacienda ceda parte del actual Parque Móvil del Estado -en donde están los vehículos y la mensajería interna de las dependencias estatales en Barcelona- para ubicar allí las oficinas a las que los inmigrantes acuden para todas las tramitaciones que tienen que ver con los permisos de residencia y trabajo en la provincia de Barcelona. El nuevo edificio deberá adaptar sus tres plantas, que suman un total de 3.000 metros cuadrados. En los dos pisos superiores estarán las unidades de atención y en el sótano los archivos. "Con estas dependencias evitaremos las colas en la calle porque aquí hay sitio suficiente para atender correctamente a los inmigrantes", explica Bonet. Pero la Oficina de Extranjeros también requiere más personal para evitar los retrasos derivados del aumento de las tramitaciones solicitadas por los inmigrantes en los últimos años. Unos 20 administrativos han dejado vacante su plaza porque han conseguido ser trasladados a otros organismos del Estado en los que están mejor pagados. Los funcionarios de la Oficina de Extranjeros dependen del Ministerio de Administraciones Públicas.