Una solución rápida al "caso Pinochet"
"Ojalá haya una solución rápida para el señor Pinochet", afirmó ayer el presidente del Gobierno, José María Aznar, ante la enésima pregunta sobre la actitud española ante un eventual traslado del general golpista a Chile por motivos de salud. Fue una concesión verbal que refleja el alivio que supondría para el Gobierno español una decisión británica en ese sentido, incrustada en su reiterada respuesta básica: España se limita a acatar las decisiones judiciales. Aznar tampoco quiso entrar a responder a los elogios recibido por el presidente de Cuba, Fidel Castro, y se limitó a señalar que él trabaja para que la cumbre Iberoamericana que se celebrará en La Habana en noviembre sea un éxito. "España va trabajar para que la cumbre tenga la máxima participación de países. Y no está siendo una tarea fácil".
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