Espartaco, feliz, y Curro Romero, insatisfecho

Espartaco se fue muy feliz de la plaza de Segovia, lo contrario que le ocurrió a su compañero de lidia, Curro Romero, insatisfecho con el ganado de Aldeanueva. Al maestro de Camas, de 65 años, no le gustó la corrida, salvo el primero de Juan Antonio Ruiz, hasta el punto de que dijo de uno de sus astados que "no podía ni con el rabo, y con la cara hacía arriba es muy difícil torearle". Mientras Curro Romero asegura encontrarse perfectamente y "esperando triunfar en esta temporada", advirtió a la afición: "Todo depende de los toros que salgan por los chiqueros".

Espartaco era ayer un hombre satisfecho y encandiló al público hasta el punto de que un aficionado le provocó involuntariamente una herida en la frente tras arrojarle una bota de vino, por lo que el diestro necesitó que le colocaran una tirita. Su argumento es que, después de tanto tiempo sin torear, "la del primero ha sido una faena importante, poderlo mantener y alargar las embestidas, porque estaba sin fuerzas; lo otro ha sido una faena más de poder, porque el toro se quedaba muy corto, a regañadientes, tobillero, pegando hachazos...".

"He estado con muchas ganas y ése es el premio que me llevo; además de que esos toros que antes me costaban más trabajo parece que voy pudiendo con ellos, por lo que soy un hombre feliz", matizó.

A Eugenio de Mora tampoco le gustó el ganado y es que, a su juicio, "eran toros muy rajados, con muy poca clase, porque embestían con la cara muy alta, pero, aunque no haya tenido suerte con ellos, estoy contento de cómo he estado". De Mora brindó su segundo al presidente del Real Madrid, Lorenzo Sanz.

Precisamente el público de Madrid es el que busca el empresario Manolo Lozano, quien ha puesto este año en cartel a los ausentes de Las Ventas, como Antoñete, Curro Romero o El Juli, "y la gente ha respondido". No obstante, ayer le faltó mucho para llenar porque, en su opinión, "San Pedro ya no es festivo en el resto de España".