La Universidad española se aleja de Asia

España tiene abandonados los estudios sobre Asia. Los programas universitarios apenas contemplan esa parte del mundo a la que se atribuye la pujanza en el siglo que viene (según el Banco Mundial, para el año 2000 la mitad del crecimiento económico se producirá en el Este Asiático). Sólo un puñado de asignaturas dispersas, con un fuerte componente eurocéntrico y, en la mayoría de los casos, optativas, se ofrecen a los interesados. Ni siquiera los vínculos históricos con Filipinas han propiciado un canal de contacto con Oriente. Un siglo después no se ha compensado aquella pérdida. "No hay en España ningún centro en la universidad que se haya convertido en centro mundial de los estudios sobre antiguas colonias, ni sobre Guinea Ecuatorial, ni sobre Filipinas", se lamenta Florentino Rodao, profesor de Relaciones Internacionales de la Universidad Complutense y vicepresidente de la Asociación Española de Estudios del Pacífico. Rodao compara esta situación a la de Holanda con Indonesia o Francia con Vietnam. "En España no se enseña tagalo. Ningún especialista español sobre Filipinas habla su lengua. Ningún profesor filipino enseña en ninguna universidad española, al contrario de lo que ocurre con los vietnamitas en Francia, por ejemplo", incide dolido por este vacío.

El resto del Sureste Asiático es un terreno yermo. De los 390 miembros con que cuenta la Asociación Europea del Sureste Asiático (Euroseas), que reúne a los profesores universitarios de esa especialidad, sólo dos son españoles. En el diploma de Estudios Asiáticos que la Complutense ofreció hace cuatro años (y canceló dos después), los organizadores se las vieron y se las desearon para encontrar profesores sobre esa región del planeta, y para el subcontinente indio sólo hallaron una profesora de Arte Indio.

Aunque la situación mejora algo cuando se trata de China o Japón -culturas que han atraído a un pequeño número de estudiosos, la mayoría formados en el extranjero- la distancia con otros países europeos es enorme. Sólo en Alemania, 20 universidades tienen departamentos de sinología y cerca de seis mil alumnos están matriculados en ellos. Además de chino, los universitarios alemanes pueden estudiar tailandés, coreano, mongol o vietnamita, entre otras lenguas.

El último informe de la Fundación Japón sobre la enseñanza del japonés en el extranjero cifra el número de profesores como sigue: 314 en Alemania, 345 en Francia, 73 en Italia, 607 en el Reino Unido, 37 en Holanda y 26 en España. En cuanto a los especialistas en japonología que realizan algún tipo de actividad académica en su campo, Wakao Koike, miembro de la Fundación Japón, estima que son 350 en Alemania, 203 en Francia, 133 en Italia, 241 en el Reino Unido, 58 en Holanda y 59 en España. La misma fuente tiene registrados como centros que se dedican a Japón o a los estudios orientales 29 en Alemania, 24 en Francia, 12 en Italia, 13 en el Reino Unido, 3 en Holanda y 4 en España.

Koike se refiere a los centros de las universidades de Valladolid, Autónoma de Barcelona y Complutense y Autónoma de Madrid. Sin embargo, ninguna de esas instituciones tiene rango de departamento universitario y la única que organiza actividades es el Instituto para Estudios del Este Asiático de la Autónoma madrileña. Ni el centro de la Complutense ni el Instituto de Estudios Japoneses de Valladolid funcionan. El primero se limita a pagar a una becaria y el segundo apenas tiene presupuesto para libros. La Universidad de Salamanca acaba de inaugurar un centro hispanojaponés.

Mientras tanto, en Italia, dos centenares de alumnos se gradúan cada año en estudios chinos y japoneses en los dos principales centros, el Instituto Universitario Oriental de Nápoles y la Universidad de Venecia. También hay una cátedra de lengua y literatura japonesas en la Universidad de Bolonia y departamentos de estudios asiáticos en Pavia, Roma y Turín. Francia cuenta con no menos de 11 departamentos universitarios sobre Asia. Existe desde un centro de antropología sobre el sur de China y la península indochina hasta un centro de estudios coreanos.