El 40% de los enfermos de sida incumple el tratamiento

Entre el 37% y el 40% de los enfermos de sida incumplen de manera general sus tratamientos, según las conclusiones del Programa de Apoyo al Cumplimiento Terapéutico Antirretroviral (PACTA), y esto sucede pese a que el 87% de los enfermos dice conocer bastante bien que el incumplimiento de la terapia se traduce en una pérdida de eficacia de los fármacos, la aparición de resistencias y un empeoramiento progresivo del estado de salud. El estudio, realizado a partir de encuestas a 260 pacientes y 68 profesionales especialistas en VIH, apunta como probables causas de la falta de adherencia la dificultad del tratamiento (más de la mitad tiene que tomar entre 10 y 15 pastillas al día), la aparición de efectos secundarios (en el 47% de los casos) y el temor a que los fármacos puedan dañar algún órgano.

Alfredo del Campo, director del estudio, destaca la falta de correspondencia entre el "optimismo y la buena disposición" de los enfermos hacia la terapia, con el incumplimiento que ellos mismos reconocen: un 36% olvida ocasionalmente alguna pastilla, un 42% las toma a destiempo y casi un tercio reconoce haber interrumpido el tratamiento en el último semestre.

Buena asistencia

En general, los enfermos de sida califican la asistencia sanitaria que reciben como buena (45,6%) o muy buena (47,8%), y se consideran bastante (61,5%) o muy informados. El 14% restante echa en falta una mayor claridad en la información que recibe. Pese a que el médico es la principal fuente de información para 94 de cada cien enfermos, los facultativos se muestran pesimistas respecto a la posibilidad de que su actuación modifique el comportamiento del paciente: el 44% cree que es posible sólo "a veces" y otro 5% estima que "casi nunca". De las respuestas de los pacientes, los autores del estudio deducen cinco actitudes tipo de enfrentarse al sida: dos positivas, dos negativas y una de resentimiento hacia la sociedad que les margina. Aunque "victimistas", este último grupo tiene conocimientos y formación suficiente para seguir bien el tratamiento, y el problema que tienen es la discriminación.

Entre los optimistas, el estudio distingue entre los que desdramatizan y minimizan su situación de forma inconsciente, y los que se mantienen esperanzados, abordando el cumplimiento desde el raciocinio y la responsabilidad. Por su parte, los pesimistas se dividen entre los "dramáticos" (cumplen la terapia sin entusiasmo ni compromiso) y los "derrotistas", escépticos, faltos de motivación y esperanza ante el tratamiento porque, según Del Campo, en el ambiente en el que viven, "violento, duro y marginal", el cumplimiento "es casi una cuestión secundaria".