La cumbre de Budapest busca un puente científico entre el primer y el Tercer Mundo
Premios Nobel y representantes de 150 países debaten el papel social de la investigación
ENVIADA ESPECIALMientras que los países más desarrollados dedican entre un 2% y un 3% de su enorme producto interior bruto (PIB) a investigación y desarrollo, para muchos países africanos sería un objetivo muy difícil llegar al 0,4% de su escuálido PIB. Con esa brecha planeando sobre las cabezas de unos 2.500 participantes se inauguró ayer en Budapest la Conferencia Mundial sobre la Ciencia, cuyo desarrollo durante seis días debe plasmarse en una declaración sobre la ciencia y el uso del saber científico y un marco general de acción.
La reunión, convocada por la Unesco y el Consejo Internacional para la Ciencia (ICSU), arranca llena a rebosar de excelentes propósitos y oportunidades para escuchar todas las voces. También con probabilidad muy alta de que sean aprobados en la clausura, el próximo día 1, los documentos propuestos. No exigen, al menos en los borradores de debate, compromisos ni obligaciones costosas en dinero o en medidas concretas por parte de los firmantes. Asisten a la cumbre unos 2.500 participantes, incluidos delegados de casi 150 países, 60 ministros con responsabilidades en investigación, representantes de 170 organizaciones no gubernamentales, 15 premios Nobel y 80 presidentes de academias científicas. España está representada por Fernando Aldana, director de la Oficina de Ciencia y Tecnología (de Presidencia de Gobierno) y no por el ministro de Educación y Cultura, Mariano Rajoy, que figura como delegado español en la lista de participantes. "Es la primera conferencia mundial sobre la ciencia que se organiza en 20 años y seguramente la única dedicada exclusivamente a ella", recordó en la sesión inaugural el italiano Maurizio Iaccarino, Secretario General de la Conferencia.
Las vías para tender puentes científicos y tecnológicos entre los países desarrollados y el mundo en desarrollo centran gran parte de las declaraciones de la Conferencia de Budapest. Pero las sesiones programadas cubren también prácticamente todas las cuestiones candentes relacionadas con la ciencia, desde la ética y la responsabilidad de los científicos hasta la integración cultural.
El premio Nobel de Medicina Werner Arber, presidente de la ICSU, ha descrito la conferencia de Budapest como "un proceso de aprendizaje para muchos participantes, en particular aprendizaje superando fronteras y diferencias culturales". Arber dice que "este proceso ha de ser mutuo: los científicos deben comprender mejor las expectativas y necesidades de la sociedad y la sociedad debe comprender mejor los principios del enfoque científico y las oportunidades, así como las limitaciones de la aplicación del conocimiento científico".
La ICSU es una organización creada en 1931 que agrupa actualmente a 95 instituciones científicas nacionales y 25 sociedades científicas internacionales.
Para la sociedad
La conferencia, según explicó Federico Mayor Zaragoza, director general de la Unesco, "es una ocasión en la que los científicos y todas aquellos que tienen relación con la ciencia, especialmente los gobiernos, discutan juntos y en términos de igualdad cómo la ciencia puede satisfacer mejor las expectativas y necesidades de la sociedad y cómo puede ser apoyada y recibir los recuros necesarios para ello". Mayor recordó que "un firme compromiso con la investigación y la educación por parte de todos los países es un requisito necesario para alcanzar el desarrollo real humano y social en el siglo XXI". La amplia representación de instituciones gubernamentales y no gubernamentales en la conferencia, incluidas las nutridas delegaciones de países clave como Estados Unidos augura un eficaz debate. Y caso de ser significativas las opiniones de "científicos de a pie", expresadas a través de la revista Nature cabe esperar "buenos debates pero poca acción".
En cuanto a las prioridades, la inmensa mayoría de los más de 400 comentarios enviados por lectores a la revista en los últimos días señalan: el libre acceso al conocimiento; la ética de la biotecnología; la utilización de la ciencia para hacer frente a la pobreza, la salud y los problemas del medio ambiente; la educación científica y el acceso de la sociedad a la ciencia.
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