Condones con sabor a banana
Los jóvenes soldados del Ejército yugoslavo que ocuparon la casa de la familia Kabashi dejaron tras su marcha de Prizren la huella de su paso: basura y destrozos por todos los rincones. Sobre un cuadro, pintarrajearon el emblema de Serbia: con las cuatro eses en caracteres cirílicos, abreviatura del sólo la unidad salvará a los serbios. Una casete de un grupo de rap de Montenegro parece haberles servido de acompañamiento. Plegada en un bolsillo de una zamarra militar surge un panfleto de propaganda del partido del ex vicepresidente de Yugoslavia Vuk Draskovic, destituido por Milosevic. En el texto, de los tiempos en que Draskovic se oponía al presidente, acusa a los dirigentes serbios de "ayudar con su política a quienes quieren hacer de la Jerusalen serbia un Estado independiente albanés".
También aparecen dentro de una camisa abandonada del Ejército yugoslavodos condones con sabor a banana. Una foto pequeña de una espectacular rubia, desnuda y con sus genitales rasurados, que lleva al dorso una frase escrita a máquina: "Estamos casi jodidos".
Nybivet Kabashi explica que tuvieron la ocasión de ver la marcha de los soldados que ocuparon su casa. Ahora la mujer continúa con la tarea de limpiar la porquería. Explica Nybivet que en un primer momento sólo se atrevieron a acercarse a la entrada por temor a las minas.
Después, unos milicianos entraron y les dijeron que no había peligro. La dueña de casa, madre de tres hijas y un hijo, dice que "lo importante es que mi marido y mis hijos están sanos y salvos".
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