Las pinturas de Peñalba abren un nuevo espacio de arte en México
El antiguo convento de los carmelitas descalzos en el Desierto de los Leones, una edificación del siglo XVI, próxima a Ciudad de México, que albergó durante 200 años a los religiosos de la orden, abrió sus puertas al arte y acogió en su refectorio la obra del pintor navarro Jesús Mario Peñalba. Imágenes sin tiempo recoge su evolución pictórica, los viajes y vivencias por Europa, África o América, y las influencias recibidas. Los 43 cuadros exhibidos en las galerías del convento, nuevo escaparate de la cultura mexicana, tienen un denominador común: la destreza del maestro con los pinceles, su aguda y profunda observación de los motivos. María Eugenia Yagüe, experta del Museo de Antropología de México, subraya que "Peñalba nos lleva hacia un lenguaje muy propio, que es su discurso plástico". La fuerza de la pincelada, con un mayor relieve en las obras del último decenio, es visible en toda la obra del navarro, y a través de ella, el pintor conduce hacia las catedrales y escenas pamplonesas.
Babelia
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