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El chalé de la redada, visitado por personas con coches de lujo

Los residentes en la urbanización Nuevo Peñascales de Torrelodones recuerdan que José Ignacio R. y una checa de 22 años llegaron a un chalé de la calle del Peñasco hace unos tres meses. Parecían "una pareja normal" y lo único que extrañó a los vecinos es que, siendo tan jóvenes, llevaran un tren de vida tan alto. Lo único que extrañaba a algunos vecinos -más que extrañar reconocen que les daba cierta envidia- eran los lujosos automóviles que solían aparcar en la calle, ante la vivienda de dos plantas. "Venían españoles, alemanes, búlgaros, colombianos... Y traían cada día un cochazo. Un día un Ferrari, otro un Mercedes descapotable, otro un Audi...". Hace una o dos semanas, apareció "una moto roja despampanante", según un guarda de seguridad.

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Eso era lo más llamativo. Porque en la casa jamás hubo discusiones, escándalos u otro tipo de jaleos. "Lo raro es que siempre solían tener las ventanas cerradas", señala un joven estudiante que vive en las proximidades. La vivienda vacía

El chalé consta de dos plantas y una pequeña parcela posterior en la que una cuadrilla de obreros había comenzado a excavar hace unos días un agujero para construir una piscina. Ayer no había nadie en la vivienda. Ni siquiera los dos perros que solían ladrar por el jardín (un pitbull y un bullterrier). Un grupo de vecinos recuerda que la mujer de Nacho, tras la operación policial, llamó a unas amigas y se marchó quejándose abiertamente de que los agentes hubieran entrado al asalto en su casa y se hubieran llevado "hasta los teléfonos".

Las Rozas, donde tiene su impresionante chalé el controvertido abogado Emilio Rodríguez Menéndez, está a pocos kilómetros de la urbanización Nuevo Peñascales, de Torrelodones, donde ayer se produjo el grueso de la operación policial. Los residentes en esta última aseguran que la suya es una urbanización "muy tranquila, de gente normal". "Es extraño", añaden, "que viviera aquí gente tan peligrosa como dice la policía".

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