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El informe pericial atribuye al descontrol municipal el expolio de libros en Bilbao

El informe pericial definitivo atribuye al descontrol del Ayuntamiento de Bilbao el expolio de miles de libros y documentos históricos del Archivo y la Biblioteca municipales. Al mismo tiempo, exculpa de la desaparición al antiguo archivero, ya fallecido, y no hace referencia a los libreros a los que le fueron intervenidos documentos. Admite que apenas un millar de los 3.300 libros incautados hace cuatro años procedían de los fondos municipales.

Este enrevesado caso, abierto en noviembre de 1994 por una denuncia del Ayuntamiento y que supera los 11.000 folios de diligencias previas, ha cambiado de rumbo en el último año. Hasta entonces se basaba en las investigaciones del anterior juez encargado del sumario, que apuntó a una red integrada por funcionarios, un ex aspirante a ertzaina y un restaurador como los autores de los robos para su posterior venta a varios libreros bilbaínos. El informe pericial preliminar sostenía que "prácticamente todo el material" -cerca de 3.300 documentos- que a principios de 1995 se incautó en comercios y librerías de Bilbao pertenecía al Ayuntamiento y apuntaba al librero Javier Madariaga como uno de los cerebros de la operación. "Existió un canal o canales de aprovisionamiento de fondos que conduce desde Bidebarrieta [la Biblioteca municipal] hasta la librería Astarloa [propiedad de Madariaga]", señalaba. El informe definitivo, elaborado por la mismo perito y presentado el pasado mes ante el Juzgado de Instrucción 4 de Bilbao, expresa otras conclusiones. "Nos encontramos ante un fallo del sistema no ya sólo bibliotecario sino también administrativo que pudo facilitar el expolio de los fondos municipales". 400 folios El trabajo, de cerca de 400 folios, señala que, entre los 3.300 documentos y libros decomisados cuando se inició la investigación hace cuatro años, sólo una parte -que no llega al millar- son propiedad del Ayuntamiento. Más de 2.000 pertenecen a libreros, instituciones y al anterior archivero municipal Manuel Basas, fallecido en 1995. Las conclusiones de la perito indican que, entre los pertenecientes al Ayuntamiento, existen fondos sin catalogar y otros "ni censados ni controlados", y señalan además la carencia de libros de registro de tramitación oficial. Sostiene por ello que la falta de documentos municipales "no se podía detectar fácilmente". La perito reconoció en noviembre de 1995 que más de 15.000 ejemplares estaban aún sin catalogar y la investigación judicial ha constatado que, hasta destaparse el escándalo, no había registro de inventarios de libros desde 1936 y de documentos, desde 1905. El informe pericial definitivo exculpa del expolio a Basas, quien en cambio fue responsabilizado por el Ayuntamiento, a través de un escrito remitido al juez por la entonces directora de Cultura Mariví Zabaleta, por dejar la biblioteca en "situación caótica". "No se tiene constancia", dice la perito, "de la comercialización de ningún tipo de fondos por parte de Manuel Basas". Sobre los libreros a los que se decomisó documentos, se limita a señalar que "no entra a valorar los circuitos comerciales que tuvieron [dichos documentos]". El informe admite que no puede acreditar la procedencia de más de 300 libros de un comercio donde se requisaron 444 e incluye la declaración de la viuda de un librero de Madrid que vendió a Madariaga, tras tenerlos en su comercio 30 años, unos pergaminos únicos sobre la fundación de Bilbao, que en el informe preliminar se consideraban procedentes de los fondos municipales.

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