Miles de refugiados regresan sin control a sus hogares en Kosovo

Miles de albanokosavares que esperaban la retirada de las tropas serbias para regresar a sus hogares se amontonaron ayer en las fronteras de entrada en Kosovo desde Albania y Macedonia. Las organizaciones humanitarias y los soldados de la fuerza internacional se mostraban incapaces de poner orden en este desorganizado flujo de retorno. El Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR) estimó que al menos 10.000 refugiados emprendieron ayer su regreso. Otras fuentes hablan de 15.000.

En dirección opuesta, buscando la seguridad de las ciudades del resto de Yugoslavia, otros miles de habitantes de Kosovo, en este caso serbios, están dejando sus casas en la provincia de mayoría albanesa tras la huella de las tropas serbias en retirada. Cruz Roja calcula que desde el final de la guerra han abandonado Kosovo unos 40.000 serbios. El general Mike Jackson, que manda la fuerza internacional de pacificación, hizo ayer un llamamiento a la población serbia para que no huya, con la garantía de que serán protegidos por los soldados de la OTAN. ACNUR ha hecho, a su vez, una advertencia a los refugiados sobre el peligro de regresar de forma desordenada por un terreno sembrado de minas. El martes ya murieron dos personas al pisar explosivos. En algunos casos, el retorno de los refugiados es escoltado y conducido por guerrilleros del Ejército de Liberación de Kosovo (ELK). Sobre la presencia de los combatientes de esa organización sobre el terreno -contraria a la resolución de la ONU con la que se consiguió el fin de la guerra-, la OTAN aseguró ayer que el ELK será desarmado cuando los serbios dejen por completo Kosovo. El ELK pide también la salida de los soldados rusos de Pristina. En relación con el litigio sobre la presencia de fuerzas internacionales, Alemania parece dispuesta a compartir con Rusia su zona de control en Kosovo.