Pablo Hermoso considera que torear con José Tomás es el mayor reto de su carrera
César Rincón y Miguel Abellán completan el cartel de la corrida de Beneficencia
Se acabó San Isidro y de su paso por las vidas de los aficionados queda, antes que nada, una rara sensación en las posaderas. Un total de 28 corridas o 288 toros o 70 horas sentados. Éste es el primer balance. Del segundo examen permanece la presencia de José Tomás (único matador que salió a hombros) y una ausencia: la del rejoneador Pablo Hermoso de Mendoza. Hoy, en la tradicional corrida de Beneficencia, torean juntos. El segundo, tras declarar su admiración por el torero madrileño, confiesa resuelto: "Lidiar con él es el reto más importante de mi carrera".
José Tomás, por su parte, no habla. "¿Para qué? ¿Para decir que está muy ilusionado y que se va a comer el mundo? Pues sí, está muy ilusionado y va a por todas. No le gusta repetirse y prefiere estar concentrado. Cada corrida en Madrid es un trago". La declaración es del mozo de espadas, Joaquín Ramos, erigido en espontáneo jefe de prensa. El de Galapagar acude a una de las citas más emblemáticas del año con todas las asignaturas aprobadas. De los seis toros con los que se vio en San Isidro le quedaron tres orejas, una faena memorable arruinada con la espada, la citada salida a hombros y una voltereta espectacular sin consecuencias. Es decir, cerca del pleno. Pablo Hermoso de Mendoza, más comunicativo, no tiene inconveniente en empezar por precisar los motivos de su ausencia en el ciclo isidril: "No hubo acuerdo económico. Tan sencillo. Estuvimos a punto de alcanzarlo, pero al final... nada". Ahora aparece en Las Ventas compartiendo cartel con tres toreros de a pie. Junto al que manda harán el paseillo César Rincón y Miguel Abellán. "Ya no es sólo torear con José Tomás, sino hacerlo delante de unos tendidos que no son los festivos que normalmente acuden a una corrida de rejones. Se trata de convencer a un público taurino de que también es posible torear a caballo. Además, no es cualquier público, sino el de Madrid", dice, e insiste: "Es el mayor reto de mi carrera".
Dicho lo cual, el navarro (nacido en Estella), de 33 años, inicia un pormenorizado análisis de las condiciones de la cita de hoy. "En mi contra está que sólo dispongo de un toro. Es jugárselo a una carta. A mi favor, además de lo ya mencionado, que el público podrá apreciar que no hay tanta diferencia entre torear a pie y hacerlo a caballo. Por supuesto, qué duda cabe, a pie el riesgo es mucho mayor. Pero lo fundamental (ponerse en el sitio, cargar la suerte, citar al pitón contrario, no aliviarse por fuera... es decir, que se den muletazos desde el caballo) es igual", afirma sin dejar pasar la oportunidad para lanzar una puya contra las colleras: "Son puro espectáculo y digamos que van al margen de lo que es el toreo. De hecho, cuando llegan las colleras es como si todo se hubiese acabado. No hay competencia ni emoción". Para el torero (a caballo, se entiende), cada vez se comprende más el rejoneo y poco a poco las plazas se están acostumbrando a exigir. "Aún se está lejos del nivel de Portugal. En concreto, de Lisboa. Sin embargo, se nota una evolución. Eso sí, está claro que si a nosotros se nos exigiera tanto como a los matadores de a pie, el escalafón podría dar un vuelco", afirma según el dictado de una de sus declaraciones más repetidas.
Esta tarde, Pablo Hermoso de Mendoza no participará en collera alguna y además lo hará tras una temporada pletórica. Para él fue el honor, el pasado 25 de abril, de cortar el último rabo que ha concedido la Maestranza (hacía 28 años que no ocurría) y ello tras triunfar en Valencia, y antes de hacer otro tanto (el 30 de mayo) en el Corpus de Granada. "En esta corrida", comenta, "fallé con el rejón de muerte. La faena, por lo demás, fue tan importante como la de Sevilla". Por delante, entre otras citas, le espera su tierra: "En Pamplona, por la cantidad de veces que ya me han visto, se me llega a pedir demasiado. Mi obligación es responder".
Mientras, y para repetir éxitos en Madrid, acude con toda la cuadra en perfecto estado de revista. Labrit, Batista, Salgueiro, Aldebarán, Chicuelo, Mazantini, Martincho, Gallo y, en lugar destacado, Cagancho. Todos los parabienes son para este caballo lusitano, de procedencia Veiga, negro, cuadralbo y con el hierro de Joâo Batista. "No le voy a robar ningún protagonismo. Él me permite interpretar el toreo tal y como lo siento", afirma. En esta última frase se preludia la mejor definición de ese sentimiento: "Sin duda, José Tomás es una fuente de inspiración. Entiendo que torear es, ante todo, pureza, verdad... Y él torea así". A un lado los que acaparan los focos, Miguel Abellán llega a la Beneficencia con las secuelas no de la cogida grave que sufrió el 2 de junio, sino con otra herida. El domingo último fue operado del dedo pulgar del pie izquierdo tras padecer el pisotón de un astado. La corrida de hoy: un toro de Murube para el rejoneador Pablo Hermoso de Mendoza y toros de El Pilar para César Rincón, José Tomás y Miguel Abellán. A las siete de la tarde.
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