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Kisan Desai satiriza la vida en India en su novela "Alboroto en el guayabal"

Jacinto Antón

Un joven indio empleado de Correos, insatisfecho con su vida, se sube a un árbol. La gente lo toma por un swami, un santón, y a su alrededor se desencadena un fenómeno religioso de grandes proporciones mediatizado rápidamente por intereses económicos. En este marco, la aparición de una manada de monos gamberros y alcoholizados provoca una crisis tremenda. Con esta historia, un conocimiento de primera mano de la vida en una pequeña comunidad rural, un punto de ternura, algo de mala leche y muchísimo humor, ha trenzado la escritora india Kiran Desai (Chandigarh, 1971) su primera novela, Alboroto en el guayabal (Emecé y, en catalán, Empúries), una comedia deliciosa y una sátira sobre la corrupción y la mercadotecnia religiosa, que son moneda corriente, denuncia Desai, en su país.

Hija de la también escritora Anita Desai y residente en Nueva York mientras cursa estudios en la Universidad de Columbia, Kiran pertenece a la novísima generación de escritores indios en inglés. Alboroto en el guayabal ha sido acogida con gran interés en el mundo anglosajón y aplaudida por el mismísimo Salman Rushdie.

"¿Que si lo de los monos es cierto? Oh, sí, sí", responde Kiran Desai con una risa. "En India son un gran problema, incluso en Delhi; se comen los cultivos, roban la ropa tendida. Pero, compañeros de Rama, se los considera sagrados e ir contra ellos está mal visto". Y lo del estilita arbóreo, el gurú del guayabo, ¿también se basa en un hecho real? "Pues sí, hay mucho de auténtico en el personaje. Me inspiré en un tipo que hizo eso mismo, subirse a un árbol, y al que hasta Indira Gandhi fue a visitar en una ocasión".

Mirada crítica y divertida

La novela "es una sátira, una mirada crítica, aunque divertida, sobre la burocracia, la corrupción y el fanatismo religioso hindú que abundan en mi país. Quise reflejar la ineficiencia general de esa burocracia en un pequeño pueblo donde era posible mostrar toda la jerarquía". Es encantadora la forma en que Desai describe el microcosmos de Shahkot, una pequeña localidad india ficticia. Los personajes resultan inolvidables: el pragmático señor Chawla, padre del supuesto sadhu del guayabo, que ve las posibilidades de enriquecerse con el inútil de su hijo y trata de explotarlo; la madre, Kulfi, obsesionada con los alimentos y capaz de los experimentos culinarios más enloquecidos; el incompetente espía de la Sociedad Atea Sección Para Descubrir Santones Falsos, el general de brigada ornitólogo que sueña con capturar una paloma verde (Treron phoenicoptera)... "He vivido en India hasta los 14 años y desde entonces paso cuatro meses cada año allí; he visto muchos pueblos. El de la novela es una mezcla de todos ellos, de sus gentes y su vida cotidiana", ha manifestado recientemente la novelista. En algunos pasajes, la novela Alboroto en el guayabal parece tener ecos del realismo mágico suramericano. "Me gusta mucho García Márquez, pero el elemento mágico es muy cercano a India, es parte importante de su corazón, y de su literatura", añade Desai.

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Sobre la firma

Jacinto Antón
Redactor de Cultura, colabora con la Cadena Ser y es autor de dos libros que reúnen sus crónicas. Licenciado en Periodismo por la Autónoma de Barcelona y en Interpretación por el Institut del Teatre, trabajó en el Teatre Lliure. Primer Premio Nacional de Periodismo Cultural, protagonizó la serie de documentales de TVE 'El reportero de la historia'.

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