Los radicales ultranacionalistas abandonan el Gobierno serbio
Los ultranacionalistas del Partido Radical Serbio (SRS) decidieron ayer por unanimidad abandonar el Gobierno serbio, que compartían con los izquierdistas, después de que las tropas de la OTAN empezaran a desplegarse en Kosovo. "El Partido Radical Serbio ha decidido ser consecuente con su ideología y salir del Gobierno cuando las fuerzas de ocupación entraran en Kosovo. Los ocupantes llegaron a Kosovo y ya asesinan a los serbios, mientras que largas columnas de refugiados serbios abandonan la región", declaró ayer el líder del SRS, Vojislav Seselj. Seselj hizo esa declaración en alusión a los incidentes entre serbios y soldados británicos y alemanes de la OTAN en las ciudades kosovares de Pristina y Prizren, en los que resultaron muertos a tiros dos serbios. Y señaló que los radicales entraron en el Gobierno el 24 de marzo de 1998 "con el único objetivo de defender Kosovo". El SRS tiene 15 ministros, incluidos dos vicepresidentes del Gobierno serbio, y todos ellos se han encaminado hacia el Parlamento serbio para presentar sus dimisiones.
La dirección del SRS anunció el pasado día 5 que dejaría el Gobierno si las fuerzas militares yugoslavas y policiales serbias abandonaban Kosovo y se instalaban en la región tropas de "EEUU, Alemania, Francia y Reino Unido". Belgrado rompió las relaciones diplomáticas con esos países, que tuvieron la mayor participación en la ofensiva aérea de la OTAN contra Yugoslavia, iniciada el pasado 24 de marzo y terminada la semana pasada. El plan de paz internacional prevé el repliegue de todas las fuerzas militares yugoslavas y policiales serbias de Kosovo, y la distribución en la región, bajo cobertura de la ONU, de una presencia civil y de seguridad, con participación esencial de la OTAN. El pasado día 3, los diputados radicales, que tienen 82 escaños en el Parlamento serbio sobre un total de 250, se pronunciaron en contra del acuerdo internacional sobre Kosovo.
Reaparece Milosevic
Mientras tanto, el presidente de Yugoslavia, Slobodan Milosevic, dio ayer por comenzada la reconstrucción del país, al inaugurar los trabajos del puente de Beska, en la autopista que une Belgrado con el resto de Europa, destruido el pasado 21 de abril por misiles de la OTAN. El presidente escogió la multiétnica y tranquila región de Voivodina, en el norte de Serbia, para su primer contacto con la población después de la guerra. Hubo muchas banderas, saludos al Ejército y pancartas y fotos alabando a Milosevic. "¡Sólo contigo saldremos adelante!", fue una de las consignas que se corearon en la inauguración del puente en la ciudad de Novi Sad. "Ante nosotros tenemos nuevas tareas, que son las de renovar nuestra tierra. Y no es casual que comencemos con los puentes de Novi Sad, con los puentes de Voivodina, porque son un símbolo. Los puentes comunican a las personas", declaró Milosevic.
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