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EL CAMINO HACIA LA PAZ Despliegue de la Kfor

El mando de la OTAN deja a los soldados rusos el control del aeropuerto de Pristina

Xavier Vidal-Folch

ENVIADO ESPECIALLa ocupación de Kosovo por las fuerzas aliadas culminará el próximo día 20, como estaba previsto. La fuerza internacional de paz (Kfor) está cumpliendo al dedillo, "estrictamente", su plan de despliegue. Y la sincronización de éste con la retirada de las fuerzas serbias es casi perfecta. Éstos fueron los mensajes lanzados ayer desde Pristina por el general Michael Jackson, jefe de la Operación Guardia Conjunta de la Kfor, en su tercer día. Concuerdan con lo que se observa desde el terreno. Pero suscita muchas dudas el menosprecio que Jackson mostró sobre el valor militar del aeropuerto, ocupado por fuerzas rusas. "No es mi prioridad", aseguró.

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La propia presencia de Jackson simbolizó las sorpresas con que se ha topado la operación. Realizó su conferencia, prevista en el aeropuerto, a las ocho de la tarde del sábado -y sustituida entonces por una rápida declaración, a la vista de que los rusos ocupaban el recinto-, tres días después, en el céntrico Gran Hotel de la ciudad. La OTAN va cumpliendo irreversiblemente, pero con guante de seda, a costa de sacrificar parte del impacto mediático del despliegue. Es difícil saber si el militar hizo de la necesidad virtud o era sincero cuando aseguró que "el aeropuerto no es importante para la operación, lo que interesa es el despliegue sobre el terreno". "Estoy muy contento de dejárselo a los rusos, a quienes doy la bienvenida como grupo de vanguardia" de un contingente más amplio, añadió, que espera aporten a la Kfor. "El aeropuerto no es mi prioridad", aseguró. ¿Por qué entonces era el primer recinto que se pretendió ocupar?, se le preguntó. "No fue uno de nuestros primeros objetivos, simplemente queríamos instalar en el aeropuerto nuestro cuartel general provisional", aseguró.

Militarmente, para esta operación concreta, igual tiene razón. Políticamente es otra cosa. Quien hoy quiere acercarse al aerodromo topa con un control de uniformados serbios que le impide el paso, "por orden de los rusos", como le espetaron el domingo a este enviado especial. Y dentro parece que ocurren cosas raras. Mientras fuentes occidentales calcularon en 172 el número de soldados rusos ahí ubicados, otras los cifran en 300, o en 800. ¿De dónde saldría el resto? Quizá de algún destacamento que haya estado ayudando al Ejército de Milosevic. Un rumor que, de confirmarse, sería muy grave.

Más allá de esta polémica, lo cierto es que el despliegue de la OTAN y la progresiva retirada serbia se nota en las calles. Más de 14.000 soldados aliados estaban ya instalados a las ocho de la mañana de ayer en Kosovo. Y casi 11.000 soldados serbios, una cuarta parte del total, se ha retirado ya, con un número indeterminado de aviones y misiles, el 15% de sus carros de combate, un tercio de los blindados de transporte de tropas y un 10% de la artillería, según fuentes de la OTAN. "Estamos cumpliendo estrictamente el plan", concluyó Jackson, y los serbios "cooperan" para sincronizar entrada y retirada, así como la guerrilla del Ejército de Liberación de Kosovo (ELK). Aunque proliferan los incidentes: dos muertos serbios por disparos aliados "en defensa propia", al menos otros dos a manos de kosovares, y tres periodistas. Anoche, el Centro de Información serbio de Kosovo informó de la muerte de un periodista de la televisión estatal a manos de guerrilleros del ELK en un suburbio de Pristina, y de otras tres muertes de civiles serbios en Vojlovica, a dos kilómetros de la capital.

La columna británica controla ya bastante la capital, aunque no completamente: hay un doble poder. La alemana, Prizren, afrontando graves problemas. La francesa está en Ghjilane, tras superar campos de minas, y debe ir en la última fase hasta Mitrovica, al norte. En la zona bajo control francés, los periodistas occidentales recibieron denuncias sobre el asesinato de un religioso musulmán y la quema de una mezquita a mano de serbios armados. Las tropas italianas llegaron a sus puestos, Pec y Jakovitza.

Los albanokosovares siguen saliendo de sus escondrijos para recibir a los tanques aliados. Anteanoche se rozó la catástrofe en Jakovitza. Un nutrido grupo de albanokosovares creyeron que unos vehículos militares eran de la Kfor. Salieron a su encuentro con el lema "¡OTAN, OTAN, ELK, ELK!". Cuando descubrieron su error, los serbios les apuntaban ya sus Kaláshnikov. Por suerte, un destacamento italiano -avisado por un periodista británico- acudió y evitó la matanza.

Pristina ofrecía el sábado un aspecto siniestro. Ahora ya no es así.

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