Numerosos eurodiputados aprovechan viajes y dietas para redondear ingresos
"Hay que hacer todo lo necesario para adoptar el estatuto [del diputado] inmediatamente o, de lo contrario, deseo buena suerte a los parlamentarios que tengan que rendir cuentas a sus electores" el 13 de junio. La advertencia, formulada hace un mes por el eurodiputado verde holandés Jan Langendijk, cayó en saco roto. La Eurocámara rechazó el famoso estatuto y nada impedirá las artimañas que parte de sus 626 miembros utilizan para redondear sus ingresos.
, El Parlamento Europeo, que tanto criticó la mala gestión de la Comisión Europea y provocó en marzo su dimisión, se pronunció contra el estatuto por 374 votos contra 140 y 31 abstenciones. Su aprobación hubiese supuesto un mayor control de los gastos y dietas de los eurodiputados que, según el Tribunal de Cuentas de la UE, exceden en un 30% las cantidades que realmente desembolsan. El aviso de Langendijk tampoco ha supuesto ningún quebranto para los candidatos a la Asamblea de Estrasburgo durante la campaña. Los grandes partidos, empezando por socialistas y democristianos, han omitido hablar del derroche de la Eurocámara y sólo formaciones pequeñas, como los verdes, lo han sacado a relucir. Así pues la nueva legislatura se inaugurará con las mismas triquiñuelas que han caracterizado la anterior. Numerosos eurodiputados declararán un lugar de residencia en su país lo más alejado posible de Bruselas o Estrasburgo para tener derecho a más gastos de desplazamiento. Presentarán además, como permite el reglamento, una mera tarjeta de embarque para obtener el reembolso de un billete de avión en clase preferente aunque hayan volado con la tarifa más barata. Si la pierden bastará con que hagan una declaración por escrito para que se les abone el pasaje. La estancia en Estrasburgo, durante la sesión plenaria, o en Bruselas, durante la reunión de las comisiones, se presta también a trapicheos. La dieta diaria asciende a 38.435 pesetas (231 euros) se alojen en un hotel, en un piso o en su propio despacho como sucede en ocasiones. Desde el año pasado el diputado pierde la mitad de la dieta si participa en menos de la mitad de las votaciones pero el "préstamo" a un correligionario de la tarjeta electrónica con la que se vota se está convirtiendo en una práctica común entre parlamentarios deseosos de evitar que sus emolumentos sean amputados. A pesar de que disponen de despachos, teléfonos, ordenadores... gratuitamente, los eurodiputados cobran 1,59 millones de pesetas mensuales (9.596 euros) para gastos de secretaría y otras 542.000 pesetas (3.261 euros) para gastos relacionados con su actividad. No es del todo excepcional que los diputados contraten con estos fondos a parientes como asistentes y, si estos no tienen ningún vínculo familiar, sus condiciones laborales son, a veces, desastrosas. Petra Herrmann, la presidenta de la asociación de los asistentes, ha denunciado más de una vez los sueldos ridículos que cobran, la ausencia de contrato laboral, el pago en negro, es decir, sin disfrutar de Seguridad Social y, si no son belgas, sin poder obtener un permiso de residencia en Bélgica.
Diferencias salariales
Comparado con estas magnitudes el sueldo es lo de menos, sobre todo para los españoles, los peor pagados con 465.880 pesetas mensuales (2.800 euros), un tercio de los haberes (1,58 millones) que cobran los italianos, los mejor remunerados junto con los alemanes. Los sueldos están equiparados a los de los parlamentos nacionales. El Consejo de ministros de la UE aprobó en abril, modificándolo, un proyecto de estatuto del diputado que le había sido sometido por la propia Cámara. Preveía armonizar sueldos, someterlos a una retención fiscal y obligaba a justificar mejor gastos y dietas para impedir abusos. No salió adelante en el último pleno de la legislatura. Sólo los escandinavos, belgas y holandeses lo apoyaron. Los alemanes, tan beligerantes con la Comisión, lo rechazaron.
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