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Tribuna
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Brumas vascas

Emilio Lamo de Espinosa

Desde el pasado noviembre el lehendakari Ibarretxe no hacía sino marear ronda tras ronda de conversaciones para formar un gobierno estable. Las elecciones autonómicas mostraron la división del País Vasco en algo parecido a tres tercios, el nacionalista moderado, el radical y el no nacionalista, tripartición que se distribuye desigualmente por el territorio (Vizcaya, Guipúzcoa y Alava serían las bases respectivas) y que, en todo caso, hace del nacionalismo moderado la única fuerza capaz de formar gobierno. Los sondeos realizados durante las pasadas elecciones mostraban que el electorado seguía prefiriendo el tripartito, es decir, la alianza con el PSOE. Pero la arriesgada maniobra del PNV de firmar el pacto de Estella ha conducido a la formación, por vez primera, de un Gobierno nacionalista puro: todos los que están son nacionalistas vascos y están todos los nacionalistas vascos. Es más, puesto que en la listas de EH figuran hoy no pocos etarras y parece que la misma ETA dio el visto bueno al acuerdo debemos concluir que ETA es hoy parte de la alianza del Gobierno vasco. Así, a pesar de la advertencia del ex lehendakari Ardanza de que no se puede gobernar contra más del 40% de los vascos, el frentismo ha acabado triunfando.Esto no es una buena noticia pero a veces Dios escribe derecho con renglones torcidos. Pues ¿como alegar que la Constitución es restrictiva, el Estatuto esta muerto y Euskadi carece de instrumentos para defender su identidad cuando todo ello permite que incluso ETA sea parte del gobierno vasco? El grado de poder legal (y no solo legítimo) que han alcanzado los nacionalistas muestra el potencial de la vía democrática y deslegitima el camino anticonstitucional que se dice emprender. Los actos exhiben a diario lo falso de las palabras y si algo muestra lo innecesario de la independencia y lo absurdo de la vía militar es este resultado. ETA puede llegar a gobernar en Euskadi; para ello sólo debe ganar las elecciones. Puede que para muchos sea descubrir el Mediterráneo, pero ese Mediterráneo se llama democracia.

Además, entre los muchos mensajes contradictorios que recibimos del PNV figura la idea de que se ha ido al monte para hacer bajar a "los chicos" al valle. Que el resultado sea ese y no que el PNV se acomode a los riscos, está por ver. Pero de momento, EH (¿también ETA?) afirma, no una sino tres veces, que renuncia a la violencia para apuntarse a la democracia. Los tres principios políticos del Acuerdo de Bases lo dicen de modo diverso pero igualmente contundente: 1.- vías exclusivamente políticas y democráticas; 2.- desaparición plena de todas las acciones y manifestaciones de violencia; 3.- y que desaparezcan definitivamente todo tipo de acciones y reacciones vulneradoras de derechos individuales y colectivos (subrayado mío). No es poca cosa si se cumple. Podría no ocurrir, desde luego, y de momento la duda sigue en pie. Pero si la renuncia a la tregua es ya difícil de justificar, más lo sería tras esta renuncia a la violencia que abre una gran esperanza en Euskadi.

El problema es el precio que el PNV tendría que pagar en términos de euskaldunización del País Vasco. Pues el acuerdo tiene como objetivo la creación a marchas forzadas de la nación vasca desde el Gobierno de Euskadi, utilizando para ello todos los instrumentos....del Estatuto. Un plan de euskaldunización para el personal de la Administración Sanitaria (algo fundamental que Galeno desconocía), otro para el de la Administración de Justicia, un tercero para la Administración General, un cuarto en el ámbito universitario, más la consolidación de radios y televisiones públicas donde se tenga en cuenta...la normalización del euskera. Si tenemos en cuenta que algo menos del 30% de los vascos hablan euskera y que sólo un 16 % lo tuvieron como lengua materna la pregunta es: ¿qué queda del pluralismo que llevan defendiendo décadas y bajo cuya bandera se presentan a estas elecciones? Si el lugar de Euskadi y el nacionalismo vasco en la Constitución está garantizado, ¿qué se pretende hacer del lugar de España y del nacionalismo español en Euskadi? Los resultados de las municipales vascas del próximo domingo son, por ello, y con gran diferencia, lo más importante de los próximos comicios.

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