El aeropuerto funcionaría de noche al evitarse los vuelos sobre las zonas urbanas

VIENE DE LA PÁGINA 1 Con la propuesta de ese nuevo aeropuerto ganado al mar, El Prat consigue tres objetivos: una capacidad mínima de 100 millones de pasajeros; la posibilidad de operaciones nocturnas, ya que los aviones dejarían de sobrevolar zonas habitadas de El Prat y otros municipios colindantes, y capacidad para una nueva terminal entre pistas que agilizaría los intercambios de avión. Las dos terminales aeroportuarias estarían enlazadas por el AVE, el metro y una carretera. Este nuevo aeropuerto lograría "funcionalidad, establecer su límite en no menos de 100 millones de pasajeros y convertirse en el primer aeropuerto nocturno europeo", explicó el ingeniero y empresario Santiago Montero, uno de los principales impulsores del proyecto. Las primeras estimaciones de costes apuntan que éstos no se dispararían y, además, los beneficios serían tan altos que permitirían con facilidad la financiación privada. Algunos de los miembros del comité de infraestructuras de la cámara creen que el proyecto coincide con lo que pretende el Ayuntamiento de Barcelona. "Es un aeropuerto que se transforma en motor económico", explicó uno de los integrantes del comité de infraestructuras, ya que "un avión que hoy tenga que transportar una pieza desde Extremo Oriente a Europa tiene que adaptar su vuelo a los horarios diurnos de los aeropuertos. Barcelona ofrecería servicio las 24 horas y se convertiría en el mejor punto para este tipo de cargas". Los impulsores de la iniciativa recuerdan también que si a esta situación se une la existencia de una terminal portuaria ampliada después de desviar el río Llobregat y una vía de ancho europeo, también prevista en el llamado Plan del Delta, se comprueba que con este sistema Barcelona se convertiría en un verdadero núcleo intermodal de transporte con capacidad de arrastre económico. Uno de los problemas que los autores del proyecto han previsto es la situación de los espacios naturales protegidos de la zona. Su recalificación urbanística tiene que ser aprobada por la Unión Europea y ese trámite supone un plazo mínimo de cuatro o cinco años, además de exigir un alto grado de acuerdo entre las instituciones afectadas. Lo último, afirman, es cuestión de diálogo. Para lo otro hay soluciones. Las lagunas son de origen artificial, consecuencia de la extracción de áridos. Pese a ello, no se propone su supresión, sino trasladar la del sur un poco más en esa dirección y reducir la extensión de la situada al norte. Un portavoz del Gobierno catalán reconoció que éste tiene el informe de la cámara sobre el nuevo aeropuerto, pero declinó pronunciarse sobre su contenido.