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Paz en Kosovo

La paz llegó ayer a Yugoslavia con inesperada rapidez. (...) En vez de regatear con los enviados, Milosevic ha comprendido que era preferible acatar el ultimátum. (...) Su negativa a firmar el acuerdo ofrecido en París en marzo ha tenido un terrible coste para su país.

No consuela afirmar que los bombardeos han funcionado. (...) Apoyábamos las bombas sólo como preparación para una acción terrestre en Kosovo, (. . .) pero criticamos la elección de objetivos por toda Serbia. (...) La utilización de bombas de racimo (...) y de balas revestidas de uranio ha sido brutal. (...) Los ataques aéreos dieron a Milosevic el pretexto para deportar a casi un millón de personas y ejecutar a varios centenares ( . .) Hasta el inicio de los bombardeos, los que pensaban que Milosevic era un criminal eran una minoría. Ahora debe haber pocos que lo duden. Incluso en Serbia, cuando la verdad de lo ocurrido salga a la luz (. . .), se producirá una gran reacción. (...)

Milosevic, que respondió a los bombardeos con deportaciones, podría haber respondido a una invasión terrestre con el asesinato de miles de kosovares. Por su parte, la OTAN, con su afición por la alta tecnología letal, habría avanzado a través de Kosovo con temible virulencia. (...) El acuerdo no ofrece más a Serbia de lo tratado en (. . .) París. Retiene la soberanía de Kosovo, pero convertido en un protectorado internacional. (. . .) Los albanokosovares pueden lograr la autodeterminación en pocos años. Quizá Milosevic utilice la euforia para detener los bombardeos sin fijar el calendario de la retirada, pero no parece el caso.

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Londres, 4 de junio.

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