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Alemania quiere dar ejemplo de estabilidad a la UE

Pilar Bonet

El Gobierno alemán quiere y puede someterse a las obligaciones del Pacto de Estabilidad contraído por los países del euro y "espera que sus socios hagan lo mismo", según el profesor Klaus Gretschmann, principal asesor económico y fiscal del canciller Gerhard Schröder, en una conversación con este periódico con motivo de la cumbre de Colonia. La reciente decisión de permitir flexibilizar a Italia sus objetivos de déficit ha caldeado la cuestión.Gretschmann es uno de los "modernizadores" del equipo de Bodo Hombach, el ministro responsable de la cancillería federal. Durante los primeros meses en el Gobierno, este equipo dedicó buena parte de sus energías a la pugna con criterios más clásicos de la socialdemocracia, que defendía Oskar Lafontaine. Con el debilitamiento de la "mafia social" (como bautizó la prensa alemana a los sectores representados por Lafontaine) y con el puntal de Hans Eichel al frente del Ministerio de Finanzas han cobrado nuevo impulso y parecen sentirse más cómodos para realizar su proyecto, que en esencia es la versión alemana de la tercera vía de Tony Blair. "Los modernizadores no lo tenemos fácil, pero morderemos el hueso hasta que se quiebre", señala.

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Sus esfuerzos se dirigen al ahorro de un 7,4% en el presupuesto del año 2000. "La estrategia de consolidación del presupuesto alemán muestra que este país está en el mejor camino para aplicarse el listón de la estabilidad a sí mismo", dice Gretschmann, según el cual "los 30.000 millones de marcos que se ahorrará el presupuesto del año próximo son una señal tranquilizadora para las bolsas y los mercados financieros".

"El 30 de junio presentaremos una concepción ya acabada tanto sobre los gastos presupuestarios como sobre la reforma impositiva. El proceso está a plena marcha y todos los ministerios contribuirán". Esto afecta también a Trabajo, que tendrá que cortar el presupuesto de la Oficina Federal de Empleo, con sede en Núremberg, y que, según Gretschmann, tiene una "dotación excesiva". "Todavía hay mucha grasa en esta carne", dice.

Si el ahorro se realiza, "ya nadie podrá seguir diciendo que la socialdemocracia en Alemania favorece el aumento del gasto y la deuda pública, o el aumento continuo de los impuestos, y se tendrá que aceptar que Hacienda practica una sólida política financiera y presupuestaria". "No se trata de una medida de ahorro aislada, sino de acceder a un nuevo entorno no orientado hacia los gastos expansivos, en el que se deberá tener en cuenta el mercado de trabajo y la política social", señala.

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Sobre la firma

Pilar Bonet
Es periodista y analista. Durante 34 años fue corresponsal de EL PAÍS en la URSS, Rusia y espacio postsoviético.

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