La empresa extremeña incendiada dice que el fuego fue fortuito y sólo quemó paja

Todo es confusión en torno al incendio en la industria Lino Textil de Extremadura, SL, la empresa de Berlanga (Badajoz) que denunció en su día irregularidades en el sector. A medida que pasan las horas surgen datos contradictorios. Ayer, el administrador de la empresa aseguró en Radio Nacional que el incendio fue fortuito y que no se quemó "ni un kilo" de lino preparado, ya que sólo ardió la paja. La Junta de Extremadura avala esta tesis mientras que la delegación de Gobierno asegura que ardieron 600 toneladas de fibra de lino.

Los datos son totalmente distintos. La Guardia Civil cifró en 600.000 los kilos de lino transformado que ardieron en el incendio del pasado lunes en Berlanga y elevaba esa cifra a 2.500.000 kilos al referirse al lino sin elaborar. Por su parte, el administrador de la empresa, Alberto García Valencia, asegura que sólo se quemaron 600 toneladas de paja de lino, mientras que la fibra almacenada quedó intacta. También dijo que esa cantidad de fibra está "totalmente controlada por los servicios de la consejería de Agricultura de la Junta de Extremadura".Además, sostiene que la Guardia Civil estaba en el lugar antes de empezar el incendio y que el fuego se debió a una chispa que salió de un tractor. A pesar de estas afirmaciones, la Delegación del Gobierno en Extremadura sigue sosteniendo que se quemó fibra de lino y ayer cifró las pérdidas provocadas por el incendio en 48 millones de pesetas.

La Junta de Extremadura considera "extraño" todo este asunto. El director general de Financiación y Medios Agrarios del Gobierno extremeño, José Luis Quintana, aseguró ayer que "es mucha casualidad que este suceso ocurriera tras publicarse en un medio de comunicación nacional que el Gobierno regional observó determinadas circunstancias sospechosas en las primas que se concedían al cultivo del lino", en referencia a lo publicado por EL PAÍS el domingo pasado.

Su "sorpresa" también se extendió al hecho de que la Guardia Civil pudiese certificar que el incendio había sido fortuito por encontrarse en el lugar de los hechos. Un juzgado de Llerena (Badajoz) instruye las diligencias. En caso de que el lino transformado haya ardido, las subvenciones podrían no cobrarse, aunque fuentes de la consejería de Agricultura aclararon que podría pagarse incluso el producto quemado si se sigue el criterio establecido por el dimitido presidente del FEGA, Nicolás López de Coca, según el cual valía cualquier rendimiento.

García Valencia lamentó, en declaraciones a la Cadena SER, que los agricultores pudieran quedarse sin la subvención: "Son pocos, y nos tendremos que ayudar entre todos". "Lo peor", añadió, "no es la pérdida económica, que puede resultar reparable, sino el desprestigio y falta de credibilidad que puede alcanzar el cultivo del lino cuando podía ser una alternativa para otros productos". Todas las organizaciones agrarias extremeñas coincidieron ayer en este sentido. La Unión de Pequeños Agricultores (UPA) pidió que "las administraciones públicas lleguen hasta las últimas consecuencias en las investigaciones que están afectando a este cultivo". La patronal agraria ASAJA reclamó "una comisión de investigación" y la Unión de Campesinos Extremeños (UCE) instó al Ejecutivo a publicar quiénes son los perceptores de las ayudas de la UE "porque lo que ocurre con el lino puede ser extensible a otros sectores".

El gerente de la empresa de Berlanga eludió cualquier irregularidad por parte de la sociedad que controla, aunque extendió la duda sobre otras industrias: "En España se siembra una cantidad escandalosa de hectáreas. Las transformadoras no tienen medios humanos ni técnicos para esa producción, y de ahí sí puede derivar un posible fraude".

El presidente extremeño, Juan Carlos Rodríguez Ibarra, reiteró ayer que Agricultura conocía lo que pasaba en el sector, y recordó que el Ejecutivo extremeño aceptó la orden sobre el pago de las ayudas "bajo la responsabilidad del MAPA [Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación".