Una autopista infrautilizada

En noviembre de 1997 el Ejecutivo de UPN pactó con Audenasa una reducción media de tarifas de entre un 25% y un 38%. A cambio, UPN-PP concedió una prórroga de quince años en la explotación del servicio de esta autopista, de algo más de cien kilómetros de distancia y que canaliza buena parte de los tráficos de Guipúzcoa, Navarra y Francia en dirección al centro de España. A pesar de la política de reducción de tarifas, que supuso un descenso generalizado para todos los usuarios, lo cierto es que la autopista sigue infrautilizada. Es cierto que en 1998 aumentó su densidad de circulación en un 22,6%, hasta alcanzar una media diaria de 7.821 vehículos, pero su capacidad está muy por encima de esas cifra y, sobre todo, que en el mismo plazo de tiempo, los aforos de las carreteras nacionales 240 y 121 han crecido enormemente, hasta alcanzar más de 11.000 vehículos diarios en el tramo entre Pamplona y Tafalla, y 13.075 entre Irurtzun y Pamplona, buena parte de ellos tráfico de camiones internacionales. Estas vías, paralelas a la autopista, son dos de los puntos más colapsados y de mayor accidentabilidad de toda la Comunidad foral. En concreto, los veinte kilómetros que separan Irurtzun y Pamplona, por los que discurre buena parte del tráfico pesado que une Guipúzcoa y Álava con Navarra, son el tramo de Navarra con más accidentes. 55 siniestros en 1998 y doce muertos en los últimos dos años. Los turismos deben pagar ahora 210 pesetas, que se verán reducidas a 105 con las nuevas tarifas.