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La OMS acuerda conservar hasta el 2002 las últimas muestras del virus de la viruela

Temor a la existencia de cepas sin control que puedan ser utilizadas como arma biológica

Un comité de la Organización Mundial de la Salud aprobó ayer en Ginebra la conservación hasta el 2002 de las últimas muestras del virus de la viruela, que se guardan en sendos laboratorios de EE UU y Rusia y que debían ser destruidas el próximo 30 de junio. El comité, compuesto por representantes de 25 países, consideró que, a pesar de que la viruela fue erradicada en 1980, existen fundadas sospechas de la existencia de cepas incontroladas del virus que podrían ser utilizadas como arma biológica, ya que ningún ser humano ha sido vacunado contra ella desde 1983.

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Con fecha de caducidad

La resolución del comité será ratificada previsiblemente el próximo lunes por los 191 miembros de la OMS, reunidos estos días en Ginebra en ocasión de la 52ª Asamblea Mundial de la Salud. Las ventajas de mantener el virus son, según el acuerdo alcanzado ayer, "la posibilidad de realizar investigaciones sobre la estructura genética y la patogénesis de la viruela, así como sobre los agentes antivirales y mejorar las vacunas", según el comunicado emitido ayer por la OMS. Un informe pormenorizado sobre estos programas de investigación será sometido al análisis de la asamblea mundial del año 2002 y, mientras tanto, la OMS se encargará de efectuar inspecciones regulares sobre los dos laboratorios que conservan las últimas muestras: el Centro para el Control de las Enfermedades de Atlanta (Georgia, EEUU) y el Centro de Investigación de Virología y Biotecnología de Koltsovo (Novossibirsk, al norte de Rusia). La OMS cree que las inspecciones son necesarias para confirmar sobre el terreno que existe un confinamiento riguroso de los depósitos existentes.A pesar de que algunos países expresaron su opinión a favor de la destrucción inmediata de las reservas, como India, Irán y Zambia, la falta de acuerdo sobre este punto llevó a todos los miembros de la comisión a apoyar la resolución, pero introduciendo dos enmiendas de India y Japón con las que se limita el retraso hasta el año 2002. Según los países que defendieron la conservación temporal del virus, como EEUU y Rusia, es necesario llevar a cabo una mayor investigación sobre todos los aspectos de este virus antes de su destrucción, para estar preparados en caso de que algún día reaparezca.

Viruela del mono

En este sentido, la delegación de Bielorusia destacó que si se destruye ahora el virus, se perderá "un material biológico irrecuperable", mientras que la República Democrática del Congo recordó que en su país se han registrado en la década de los 90 varios brotes de monkeypox (viruela del mono), enfermedad muy similar a la viruela, que se evita con la misma vacuna. Además, también se tuvo en cuenta la utilidad del virus para investigar la enfermedad de la Ortopoxvirosis, que por el momento sólo afecta a los búfalos, bovinos y monos, y para la que se utiliza el mismo tratamiento que para la viruela.

La eliminación de las muestras había sido fijada en un principio para el 30 de junio de este año, según acordaron los miembros de la OMS en la reunión anual de 1996 (otra fecha límite había sido establecida por la OMS para el 31 de diciembre de 1993). Los motivos esgrimidos entonces eran, básicamente, asegurarse definitivamente de que no hubiera peligros de una posible fuga que hiciera resucitar a la enfermedad.

En los tres años siguientes, los científicos estadounidenses y rusos debían clonar fragmentos de los genes del virus y convertirlos en muestras inofensivas aptas para la investigación. Aunque algunos científicos se manifestaron a favor de mantener el virus indefinidamente, se acordó por consenso que esto planteaba riesgos que superaban cualquier avance científico.

Desde entonces, sin embargo, muchos países, especialmente los dueños de las muestras, han mostrado su escepticismo hacia la medida. El año pasado, la OMS realizó una encuesta entre sus miembros para saber si todavía existía consenso sobre la destrucción de las reservas. Respondieron 70 naciones. EE UU, Reino Unido, Francia e Italia dijeron que no habían tomado una decisión; Rusia, que se debería conservar el virus. Todos los demás estaban a favor de la destrucción. Cambio de EEUU

El mes pasado, sin embargo, el presidente de EE UU, Bill Clinton, aseguró que apoyaba el retraso en la destrucción del virus. Explicó su cambio de posición haciendo suyas las advertencias de muchos científicos estadounidenses, pero que ninguna Administración había aceptado hasta el momento: la posibilidad de que grupos terroristas pudieran tener en sus manos muestras clandestinas del virus.

Un arma biológica con el virus de la viruela como agente podría tener un efecto devastador, dada la poca preparación que tiene el mundo -ningún ser humano está vacunado- para controlar una eventual epidemia. Mantener las cepas de su centro en Atlanta permitiría a Estados Unidos reconstruir la vacuna en caso de que se produciera un brote.

La OMS considera a la viruela como enfermedad erradicada definitivamente desde 1980, a pesar de que el último caso de contagio natural se produjera tres años antes en Somalia. La ultima persona fallecida a causa de la enfermedad fue la fotógrafa británica Janet Parker, quien murió en 1978 tras contagiarse el virus en el laboratorio de Birmingham (Reino Unido), donde trabajaba. El caso de Parker, que reveló las dificultades de mantener una seguridad total en el confinamiento del virus, animó a la OMS para convencer a sus miembros de que lo más conveniente era la destrucción de las cepas.

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