Otro grupo de refugiados confirma que continúa la represión en Pristina
Cerca de 600 refugiados albanokosovares consiguieron ayer atravesar la frontera serbia y refugiarse en Macedonia. La gran mayoría de los deportados que cruzaron a media tarde el paso fronterizo de Blace (norte de Macedonia) provenían de Pristina y se vieron forzados a abandonar la capital de Kosovo tras semanas de cerco de las fuerzas paramilitares serbias, que, según los testimonios de los refugiados, "tienen prácticamente tomada la ciudad". Otros 2.500 refugiados entraron ayer en Albania.
Al acoso militar que tiene atemorizados a quienes aún resisten en una ciudad casi desierta, ayer se sumó un nuevo acto de terror perpetrado por el aparato serbio. Según el relato de una refugiada de unos 60 años, un grupo de entre 60 y 100 hombres fue sacado a la fuerza de la columna humana que formaban mientras caminaban en dirección a la estación de tren. "Los eligieron y, a empujones, los apartaron de sus mujeres e hijos", manifestó Nafije Hasanovic. "Después de eso, no supimos nada", prosiguió.Entre los recién llegados a Macedonia no se encontraba ayer ninguna persona que pudiera corroborar las palabras de Nafije, porque los familiares de los detenidos por la policía serbia habían decidido permanecer en Pristina hasta saber la suerte corrida por sus padres, maridos o hemanos, según el mismo testimonio. Pero quien sí apuntó como un hecho más que probable el secuestro selectivo de hombres jóvenes en Kosovo fue Astrid van Genderen Stort, una funcionaria del Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR) que permaneció todo el día en la frontera de Blace. "Tenemos testimonios que aseguran que en el barrio de Slatina, en Pristina, otros 200 hombres podrían haber desaprecidos", afirmó van Genderen.
Acoso continuo
"Carecemos de medios para confirmar estos secuestros, sólo podemos limitarnos a recoger los relatos de los refugiados", prosiguió esta miembro de ACNUR, a la vez que recordó que hasta el momento la entidad internacional sólo tiene constancia de un caso similar contado por los deportados. En aquella ocasión, más de 140 hombres fueron retenidos durante varios días por las fuerzas serbias. Cuando fueron liberados, a su llegada a Macedonia presentaban heridas en las manos por haber estado esposados, y espaldas amoratadas y azotadas.
En una ciudad de más de 250.000 habitantes antes de que comenzaran los bombardeos, apenas sobreviven ahora "unos pocos miles", según un hombre de 34 años que ayer alcanzó la frontera macedonia. Y añadió: "Aunque no expulsan a la gente, el acoso es continuo y la comida está racionada. Pristina está casi limpia de albanokosovares".
A diferencia de los días anteriores, quienes ayer llegaron a Blace no lo hicieron en tren hasta la estación serbia de Djeneral Jankovic. En siete autobuses procedentes de Pristina y Urosevac (a medio camino entre la capital de Kosovo y la frontera) la limpieza étnica de Milosevic se cobró ayer a otras 600 personas. Como toda respuesta ante la inexistencia de un tren, las autoridades serbias apuntaron: "El tren está roto". Desde ayer, los deportados del régimen de Belgrado viajan en autobús. (El portavoz del Departamento de Estado norteamericano, James Rubin, aseguró ayer que Milosevic restringe los accesos de la misión observadora de la ONU en Yugoslavia para disimular las atrocidades cometidas por su régimen, informa Reuters. El equipo de Naciones Unidas visitó ayer la zona fronteriza entre Kosovo y Macedonia.)
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