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Yeltsin desarrolla una jornada normal en el Kremlin al día siguiente de dar plantón a Aznar

Si Borís Yeltsin estaba el martes en la cama aquejado de "bronquitis", se ha recuperado con una rapidez sin precedentes en su largo historial médico. Ayer por la mañana, el presidente ruso se presentó en su despacho del Kremlin, mientras la Duma debatía la confirmación de su candidato a primer ministro, Serguéi Stepashin. Cada vez se hace más evidente que la enfermedad que, según dijo el portavoz Josep Piqué, alegó para no recibir a José María Aznar fue un pretexto apenas diplomático para justificar un plantón en toda regla. Aznar y su ministro de Exteriores, Abel Matutes, aceptan el argumento de la enfermedad y ayer ambos aludieron a otras suspensiones de entrevistas de Yeltsin.

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Aznar negó que el "cambio de formato" (como lo calificó el portavoz del Gobierno, Josep Piqué) de la entrevista con Yeltsin tenga significado político. Algo parecido, recordó, le pasó al exprimer ministro alemán Helmut Kohl y a los de Suecia, Japón e Irlanda. "No sé si la bronquitis se puede dirigir y tiene cabezas múltiples", comentó irónicamente. Por su lado, el ministro de Defensa, Eduardo Serra, recordó, en el Congreso de los Diputados, un caso parecido, en el que Yeltsin no recibió al vicepresidente norteamericano, Al Gore.El presidente del Gobierno español hizo de tripas corazón y aseguró que el incidente fue una de esas "emociones" que hay que estar preparado a experimentar cuando se viaja a Rusia.

El influyente diario Kommersant calificaba en su primera página la misteriosa dolencia de Yeltsin como la "gripe española", y citaba "fuentes del Kremlin" que, rozando el despropósito, insinuaban que los "rumores" sobre la enfermedad del presidente habían sido difundidos como reacción al "modo impulsivo" en el que Yeltsin expresó a Aznar su opinión sobre los bombardeos aliados a Yugoslavia.

El rotativo Kommersant, que atribuía los "rumores" sobre la salud de Yeltsin al ministro de Exteriores español, Abel Matuses (sic), y no a quien realmente facilitó la información (el portavoz, Josep Piqué), añadía que la bronquitis, "real o imaginaria", no impidió a Yeltsin reunirse el mismo martes con el jefe de su administración, Alexandr Voloshin. Fuentes próximas a éste negaron que el presidente estuviese enfermo y precisaron que la reunión con Aznar no estaba confirmada. Justo lo contrario de lo que señalan el propio jefe del Gobierno español y otros miembros de la delegación.

Matutes atribuyó a la diplomacia rusa toda la responsabilidad por la suspensión de la reunión. "Si, finalmente, Yeltsin ha estado afectado de bronquitis, lo cual no sería la primera vez, o ha habido un desplante, toda la responsabilidad hay que imputarla al presidente ruso y a sus asesores y en ningún caso a Aznar ni al Gobierno español", arguyó.

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Reunión confirmada

El jefe de la diplomacia española reveló que su homólogo ruso, Igor Ivánov, le llamó por teléfono durante su comparecencia de ayer por la mañana en el Congreso para reiterarle que la entrevista estaba acordada, y que el Kremlin se la había confirmado a él mismo dos días antes.

Matutes informó de que, ante los problemas que tenía Yeltsin con la votación de la Duma, se había planteado la oportunidad de la visita de Aznar a Rusia, y que en sus conversaciones con Ivanov, éste le insistió para que el viaje se produjera. "Ante la insistencia del propio ministro" ruso, Matutes envió al secretario de Estado de Política Exterior, Ramón de Miguel, para "atar y preparar bien el programa". Para zanjar la cuestión concluyó que no creía que se hubiese producido un desplante porque el propio Aznar le dijo que durante la conversación telefónica con Yeltsin el estado de salud de éste "era evidente".

La oposición volvió ayer a cargar contra el Ejecutivo por el "poco peso" internacional de España que pone de manifiesto el "desplante" de Yeltsin. El secretario general del PSOE, Joaquín Almunia, considera necesario que el Gabinete plantee una queja diplomática porque "en toda la democracia" no se recuerda "una bofetada así en la cara del presidente del Gobierno". La cabeza de lista a las elecciones europeas, Rosa Díez, calificó el plantón de "burla intolerable para España y su presidente" y criticó a Piqué por "hacer el parte médico" de Yeltsin, informa La descripción que Piqué hizo de las dolencias del líder ruso han dado mucho juego al PSOE. "Las autoridades rusas le han desmentido de inmediato", dijo el portavoz de Exteriores, Rafel Estrella. "Piqué ha fabulado para justificar la suspensión de la entrevista cuando lo cierto es que el resultado ha sido la bofetada a la OTAN en la cara del presidente Aznar y de España", dijo en el Congreso en una interpelación a Matutes sobre Kosovo. "Parece que el viaje lo ha organizado Loreto Consulting", dijo en referencia a la empresa del ministro Piqué.

Sólida relación

Ayer, mientras Aznar cerraba su visita oficial de tres días en Nizhni Novgorod (unos 450 kilómetros al este de Moscú), donde inauguró una fábrica de Gallina Blanca, la Duma confirmaba como primer ministro a Serguéi Stepashin, con el que el presidente se reunió el lunes y con el que confía en establecer una sólida relación. Siempre podrá decir que apostó por él (al mantener el viaje) cuando aún tenía la etiqueta de "interino". El presidente español remató su programa de contactos políticos en Moscú con una larga conversación, también telefónica, con el ex primer ministro Yevgeni Primakov.

En su conversación con Yeltsin, cuyo contenido no se divulgó el martes, el presidente español tuvo que oír que es una pena que el secretario general de la OTAN sea español, algo que también le dijo el presidente de la Cámara de la Federación, Yégor Stróyev, y a lo que supuestamente respondió Aznar con la defensa de Javier Solana y la reafirmación de su solidaridad con la Alianza.

Pero fue el presidente de la Duma, el comunista Guennadi Selezniov, quien, pese a su fama de moderado, fue más lejos, ya que le dijo que esperaba ver sentarse a Solana en el banquillo como uno de los máximos responsables de la "agresión" a Yugoslavia. Según Aznar, su respuesta fue: "Le dije que me parecía una desmesura y que yo, si esperaba ver a alguien delante de un tribunal como criminal de guerra era al señor Milosevic, y que el señor Solana cumple en mi opinión correctamente en el ejercicio de sus funciones, y cuenta con todo mi respaldo".

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