Comienza en Belgrado la gira de Naciones Unidas para evaluar el drama de las víctimas albanokosovares y serbias

ENVIADO ESPECIALDiscreta pero definitivamente, Naciones Unidas entró ayer por fin en el teatro del conflicto de los Balcanes. El veterano diplomático brasileño Sergio Vieira de Mello, subsecretario de Asuntos Humanitarios y Coordinador de Ayuda de Emergencia de la ONU, parte hoy en una gira del horror que durará 12 días, junto con otras 13 personas, para constatar la situación yugoslava. Tomará notas de un drama que, luego, presentará ante el tan distante palacio de cristal en Manhattan.

Vieira de Mello, 51 años, admitió que su recorrido por Serbia, Montenegro, Macedonia, Albania y, lo que es más espinoso, por Kosovo, no está exento de riesgos. Tal es la preocupación de la ONU para que no le pase nada a su primera embajada ambulante por territorio en guerra, que la gira dispone de un equipo de expertos para impedir que el convoy blanco (seguido de una cisterna, también blanca, con grandes letras de ONU, con combustible en un país donde las gasolineras están uniformadas por los letreros de cerrada) se convierta en blanco de ataques. Anoche no se sabía si la ONU y la OTAN habían conseguido mejorar sus comunicaciones para facilitar el recorrido de "evaluación humanitaria".

Durante la conferencia de prensa que ofreció Vieira de Mello al anochecer en el Hotel Hyatt Regency, pareció sorprendido cuando se le pidió su opinión sobre uno de los pasos más importantes que el Gobierno de Slobodan Milosevic había adoptado al mediodía: Milosevic convocó a su gabinete para delinear una nueva estrategia en momentos en que Europa comienza a cuestionarse la efectividad de 56 días de bombardeos.

Milosevic anunció ayer por medio de la Radiotelevisión Serbia (RTS) un viraje importante. Para darle significado específico a las intenciones de Belgrado, Milosevic tomó el espectacular paso de anunciar, nada más y nada menos, que la creación de una nueva cartera: el Ministerio para Asuntos de Refugiados. Vieira de Mello, obviamente, no había sintonizado las noticias de las cinco de la tarde. "Las noticias que usted me da son nuevas", dijo el alto funcionario de Naciones Unidas. "Aún así, a ese gesto le doy una bienvenida".

El funcionario de la ONU subrayó que su misión no es política, pero admitió que se desarrollará en un marco difuso y "enormemente politizado". Su prioridad, dijo, es solucionar el problema de los refugiados albanokosovares. Pero hizo hincapié en que el drama de la gente expulsada, humillada y asesinada no afecta solamente a los albanokosovares. Recordó que hay serbios de Croacia y Bosnia viviendo en campamentos de refugiados y que sólo ansían volver a sus hogares en la antigua Yugoslavia.