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La monarquía saudí da un caluroso recibimiento al presidente de Irán

El presidente de Irán, Mohamed Jatamí, se reunió ayer con el heredero saudí, el príncipe Abdalá, en el segundo día de una visita de cinco a Arabia Saudí que abre un nuevo capítulo en las relaciones entre los dos países hasta hace poco enemistados. Además del acercamiento político, ambos gigantes del petróleo discutieron formas de impulsar el acuerdo entre los países productores para recortar el flujo de crudo y que ha permitido un aumento de los precios desde que fue acordado el pasado marzo."Han comprometido su apoyo a la tendencia al alza en el precio del petróleo y cooperar para defender los precios. También han debatido las relaciones bilaterales y la seguridad en el Golfo", declaró Husein Kazempur Ardebili, un alto funcionario iraní.

La importancia de esta visita, la primera de un presidente iraní desde la Revolución Islámica de 1979, ha quedado clara en la extensa cobertura de los medios de comunicación saudíes. La familia real saudí, así como las otras monarquías prooccidentales del golfo Pérsico, temían que Teherán exportará su islam shií radical, ya que si bien los Estados de la península Arábiga son predominantemente suníes, todos tienen importantes minorías shiíes.

Incluso, algo bastante infrecuente, la televisión estatal mostró al rey Fahed recibiendo al presidente iraní el sábado por la noche y pudo oírsele decir que "la puerta está abierta" para una mejora de las relaciones. La voz del rey se retransmite en muy contadas ocasiones. Jatamí habla correctamente el árabe por lo que puede captar los matices de sus interlocutores saudíes sin necesidad de intérprete.

La visita del presidente iraní al reino forma parte de una gira por varios países de la zona que se inició en Siria y concluirá en Qatar, con el objetivo de restablecer los lazos de Irán con sus vecinos árabes. A pesar de la buena imagen de Jatamí, revalidada durante la cumbre de la Conferencia Islámica en Teherán, en diciembre de 1997, diplomáticos y analistas coinciden en señalar que se necesitarán muchos esfuerzos para acabar con años de desconfianza entre el Irán persa y el mundo árabe. El fallecido ayatolá Jomeini, fundador de la República Islámica, criticaba con frecuencia a los dirigentes saudíes.

Por otra parte, la mejora de las relaciones entre las dos potencias ribereñas del golfo Pérsico (golfo Arábigo, para los árabes) también suscita recelos entre los aliados regionales de Riad, algunos de los cuales tienen sus propios problemas con Teherán.

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