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SANIDAD

El PSOE achaca al PP el lento avance de los debates parlamentarios sobre la eutanasia

De las 150 comparecencias pedidas por los grupos, sólo se han realizado 25 en ocho sesiones

Gabriela Cañas

Cuando la senadora socialista Coral Rodríguez Fouz propuso en febrero de 1998 crear una comisión sobre la eutanasia no pensó que la tarea fuera tan ardua. En principio, el PP se opuso a ella, pero rectificó inmediatamente y firmó su constitución. Rodríguez Fouz cree ahora que, de no haberse producido la muerte de Ramón Sampedro, el tetrapléjico que abanderó el derecho a la eutanasia y finalmente acabó con su vida en enero del pasado año, esta comisión no se habría formado. La realidad es que, 14 meses después, sólo se han celebrado ocho sesiones y han comparecido 25 expertos. Quedan otros 125, lo que hace muy difícil que la comisión pueda elaborar un dictamen antes del final de esta legislatura.El PP niega que esté ejerciendo obstrucción alguna. "El problema es que la agenda de los comparecientes es muy apretada", explica la presidenta de la comisión, Rosa Vindel.

El PSOE ha anulado ya algunas de las comparecencias pedidas, pero el PP, que es el grupo que ha propuesto más de la mitad de ellas, no ha respondido en la misma medida, aunque su portavoz, Enrique Bellido, dice estar dispuesto a depurar también su lista.

El resultado es que, hasta el momento, las sesiones las copan los médicos, en su mayoría contrarios a legalizar la eutanasia activa por estar en contra de su código deontológico. "Su estrategia es insistir en la necesidad de avanzar en los cuidados paliativos, en lo que todos estamos de acuerdo, pero ése no es el tema", dice Rodríguez Fouz.

A la senadora socialista le preocupa ahora lograr un compromiso para que al menos la comisión pueda seguir debatiendo sobre este asunto en la próxima legislatura, lo que Bellido cree que es perfectamente viable.

Problema semántico

Coral Rodríguez Fouz, licenciada en medicina, de 29 años, una de las señorías más jóvenes de la Cámara alta, cree firmemente en el derecho a la eutanasia como una cuestión de libertad individual, y, al igual que uno de los comparecientes, el ex senador francés Henri Caillavet, miembro de la asociación Derecho a Morir Dignamente, cree que en este asunto subyace sólo un problema semántico: "Algunos médicos han advertido que lo que los senadores conocen como eutanasia pasiva no es tal, sino un no encarnizamiento terapéutico, que es una práctica correcta. Las cosas se están resolviendo en la intimidad, entre los médicos y los pacientes; se está permitiendo la suspensión de la medicación, se está permitiendo al enfermo que elija. Lo que creo es que a veces hacemos distinciones muy hipócritas".

Recientemente ha sido condenado a entre 10 y 20 años de cárcel el médico estadounidense Jack Kevorkian por ayudar a morir a uno de sus pacientes. El pasado lunes 10 de mayo compareció en esta comisión el médico australiano Philip Nitschke, que aplicó la eutanasia a cuatro de sus pacientes durante los nueve meses que duró la ley en el Territorio del Norte australiano. Dos días más tarde, un jurado popular británico ha absuelto al médico David Moore por suministrar una dosis letal de morfina a otro paciente.

Philip Nitschke dio cuenta a los senadores españoles de las encuestas elaboradas en Australia antes de aprobar la ley de eutanasia, y que demostraron que el 79% de los ciudadanos era partidario de la legalización, frente al 35% de los médicos.

En este sentido, Henri Caillavet denunció el hecho de que sean los médicos los que se empeñen en hablar de la eutanasia como un acto médico. "La eutanasia es un acto cultural", dijo Caillavet, que confesó a los senadores que él y su hermano ayudaron a morir a su propio padre.

En esa misma sesión, el presidente de la Asociación Española de Bioética, el médico Joaquín Fernández-Crehuet, recordó que la Asociación Médica Mundial declaró en 1987 que "la eutanasia, el acto deliberado por acción u omisión de dar fin a la vida de un paciente, es contraria a la ética".

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Sobre la firma

Gabriela Cañas
Llegó a EL PAIS en 1981 y ha sido jefa de Madrid y Sociedad y corresponsal en Bruselas y París. Ha presidido la Agencia EFE entre 2020 y 2023. El periodismo y la igualdad son sus prioridades.

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