Un conductor ebrio puede ser obligado por el seguro a pagar su asistencia sanitaria
Las nuevas tasas de alcoholemia han aumentado un 40% el número de infractores
Un conductor ebrio no sólo se enfrenta a multas, la posible retirada del carné o, incluso, a arrestos de fin de semana. Si se ve involucrado en un accidente, su seguro de conducción puede reclamarle hasta lo que ha pagado por su asistencia sanitaria. La ley se lo permite desde 1996 y los nuevos límites de alcoholemia ponen a más población en riesgo. La rebaja de 0,8 a 0,5 gramos de alcohol por litro de sangre - a 0,3 en caso de conductores noveles- ha reclutado el pasado fin de semana a un 40% de nuevos infractores en capitales como Madrid o Barcelona.
Todas las leyes, desde el Código Penal hasta la de seguros privados, están cercando al conductor con una copa de más, es decir con una simple copa, según los límites de alcoholemia que entraron el vigor el pasado 7 de mayo. El o ella no se sentirán borrachos a pesar de dar positivo en el control de alcoholemia, pero no se pueden ni imaginar cómo puede volverse contra ellos esa prueba que delató la presencia de 0,5 gramos del alcohol por cada litro de su sangre.De entrada pagarán una multa de entre 50.000 y 100.000 pesetas, además de enfrentarse a un posible delito si el juez lo estima. Pero es que, también, si se ven involucrados en un accidente, por pequeño que sea, su seguro está en el derecho de reclamarles todo lo que se ha gastado tanto en asistencia sanitaria como en indemnizaciones a terceros perjudicados. En gastos sanitarios no es todavía un litigio frecuente, pero la ley lo ampara si se demuestra que el conductor estaba bajo efectos del alcohol o de sustancias tóxicas.
330.000 millones
"Nosotros no podemos poner ningún tipo de exclusión en las pólizas, lo que sí nos permite la ley es repercutir las cantidades gastadas contra el conductor responsable si ha habido alcoholemia", explica José Boada, presidente de automóviles de la patronal de los seguros UNESPA. "En muchos casos no se repercute porque se demuestra que el conductor es insolvente. Pero en otros sí nos metemos aunque sólo sea para recuperar una cantidad mínima. Lo estamos intentando con un objetivo ejemplarizante", matiza, si bien desconoce que haya litigios en estos momentos para recuperar el coste de la asistencia sanitaria.
Las aseguradoras españolas se gastan cada año 330.000 millones en indemnizaciones por daños personales provocados por accidentes de tráfico. Entre un 8% y un 16% corresponden a asistencia sanitaria, según un estudio de la empresa Investigación Corporativa de Entidades Aseguradoras (ICEA).
Hasta hace muy pocos años, la sanidad pública corría con todos los gastos de los accidentados -cerca de 280.000 son atendidos cada año en los hospita-les- sin reclamar el coste a las aseguradoras como legalmente puede hacerlo. Se trataba de una desidia burocrática solventada y que hoy reporta al Insalud (el 38,2% de la sanidad pública) recuperar al año casi 8.000 millones de pesetas gastados en atender accidentados. El cobro a terceros mejora. El año pasado esta cifra fue un 11,3% superior a la de 1997. "En estos momentos cobramos un 94% de lo facturado", asegura la directora de presupuestos del Insalud Carmen Navarro.
El procedimiento es sencillo desde que se firmó un convenio con clínicas públicas y privadas que pone precio a cada una de las intervenciones. El seguro de cada coche paga al hospital los gastos de los ocupantes accidentados independientemente de quién es el culpable del siniestro. Es más, desde el año pasado el convenio también protege al conductor, que por el seguro obligatorio no está cubierto, hasta un coste sanitario de 500.000 pesetas si tuvo el accidente sólo, e ilimitado en el caso de colisión con otro vehículo.
El resultado es que las clínicas cobran mejor y las aseguradoras deben pagar más. Por tanto que a nadie le extrañe si se empiezan a repercutir esos costes en conductores en el límite legal de la embriaguez. Las aseguradoras admiten que es más facil pleitear por cantidades moderadas que por indemnizaciones que superan los seis ceros.
Los nuevos límites de alcoholemia amplían la población de riesgo. Aún es pronto para comprobar si los conductores, especialmente los jóvenes, se reprimen con la bebida. Algún movimiento hay. Empresarios de discotecas de Barcelona han llegado a comentar al portavoz de la policía municipal de la ciudad condal que ya notan cómo hay responsables de grupo que se abstienen de beber para llevar al resto.
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