Un laboratorio político

San Sebastián tiene como mapa electoral un mosaico de partidos que la convierten en un laboratorio que deja abiertas todas las posibilidades para que se elija un alcalde nacionalista, popular o socialista. La primera fuerza de las dos últimas legislaturas ha sido el PP. Sin embargo, tiene un alcalde socialista, Odón Elorza, que ha gobernado ocho años con el apoyo del nacionalismo moderado, que extendió a las instituciones el modelo de tripartito PNV-PSE-EA que gobernaba en Vitoria.Aunque nunca ha sido el candidato más votado, Elorza ha logrado tal grado de aceptación ciudadana que está a la cabeza de los sondeos. Pero, pese al reconocimiento de su buena gestión, no puede asegurarse que alcance de nuevo el sillón, que depende más de los pactos. Incluso, por paradójico que resulte, podría ocurrir que resultara por vez primera el más votado y perdiera la alcaldía ante los nacionalistas.

Y es que la emoción de estas municipales radica en conocer el cariz de los acuerdos antes del 3 de julio, fecha de constitución de las corporaciones. Aunque la posibilidad frentista es la opción preferida por el PP, que reclama un compromiso al PSE-EE, y por EH, que trata de involucrar a los nacionalistas de Lizarra y a IU, ninguno de los dos lo ha conseguido hasta ahora. Los viejos socios, PNV y PSE-EE, prefieren analizar los resultados en un tablero en el que los déficits del nacionalismo en Álava y Navarra podrían ser moneda de cambio al socialismo en Guipúzcoa y Vizcaya.

Aplicando el esquema frentista, las fuerzas donostiarras están realmente divididas: las encuestas ofrecen los mismos ediles, 13+1, al PP y al PSE-EE que a los partidos de Lizarra.