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Alejandro Jodorowsky mezcla vida y psicomagia en una novela 'pánica'

El autor chileno publica 'El niño del jueves negro'

Más que un escritor, o cualquier otra cosa, es un escritor. Ha hecho de todo, y todo muy raro. Nació en 1928, "hijo de un artista de circo y una mutante", llegó a París desde Chile "para salvar el surrealismo" y desde entonces la cosa ha ido a más. Cineasta de culto, novelista y psicoterapeuta experimental, experto en tarot y director teatral, autor de cómics y payaso a ratos, genio casi seguro, Alejandro Jodorowsky publica ahora en Siruela la extraña historia de su infancia: El niño del jueves negro.

Tiene 70 años, una mujer 25 años más joven que él y siete gatos en casa. Llegó a París en el año 1953, a las tres de la madrugada; llamó a Breton diciéndole que venía para salvar el surrealismo; éste no le recibió inmediatamente y pasaron siete años hasta que lo conoció. Desde entonces, Jodorowsky no sólo no se ha aburguesado en absoluto, sino que conserva una energía y una creatividad adolescente, muy dotada para los talentos raros: el psicoanálisis y la poesía automática, la invención de historietas y frases imposibles, la pantomima (es el guionista de cámara de Marcel Marceau) o el cómic (colabora con Moebius).Rostro aguileño, barba poblada, pelo blanco y ojos azules, el fundador del movimiento Pánico (llamado así en honor de Pan, dios de la confusión) junto a Fernando Arrabal y Rolando Topor, cuenta que ha escrito El niño del jueves negro aplicando una técnica psicoanalítica, llamada psicomagia, a la historia de su infancia y su familia. "En la anterior novela, Donde mejor canta un pájaro, utilizaba los recursos de la psicogenealogía, que se puede resumir en el lema "eleve su árbol genealógico a la categoría de mito". Consiste en encontrar las repeticiones de tu familia (incestos, nombres, obsesiones, enfermedades), y en curarlos con actos inspirados en la magia popular latinoamericana, brasileña, haitiana o africana. Como en Europa todo es más racional tuve que inventar la psicomagia, que se basa en cumplir de una forma simbólica lo que te pide el inconsciente. Destruyendo un objeto relacionado con alguien, por ejemplo, en vez de destruir al alguien, o frotándose algo por la piel...". Aparte de eso, la novela es realidad pura, dice Jodorowsky. "Salvo algunos nombres, todo es verdad. Mitificada, y por eso parece una fábula, un cuento de hadas. Pero mi abuela fue violada por un cosaco durante los pogromos rusos y dio a luz a mi madre, una mutante blanca en medio de una familia sefardita muy morena. Ella medía dos metros, y la casaron con mi padre, que trabajaba en el circo...".

El Rebe

El libro, que transcurre durante los años de la dictadura militar de Ibáñez en Chile ("mi padre intentó asesinarlo, pero fracasó"), arranca con una nota en la que Jodorowski explica quién es el Rebe, personaje mítico e imaginario nacido de la esquizofrenia de su abuelo, un judío ruso y raro. "Era místico y huérfano. Creó el Rebe, se lo pasó a mi padre y yo lo heredé de él. Me dijo: "Él te educará". Fue mi único compañero de juegos en la infancia, el que decidía qué debía leer. ¡Oh, milagro! Me enseñó a leer a los cinco años, y luego me hizo marciano... No sé si es bueno o no, pero ayudó a sobrevivir. Y después ha sido un guía interior".

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