El proceso creativo de Joaquim Sunyer se reconstruye en 75 obras
El montaje reúne piezas clave de sus etapas en París y Sitges
La construcción de la mirada artística de Joaquim Sunyer (Sitges, 1874-1956) es la propuesta de la exposición que mañana se abre al público, hasta el 4 de julio, en las salas de la Fundación Cultural Mapfre Vida, de Madrid (avenida del General Perón, 40). En total se han reunido 75 obras, entre pinturas, grabados y pasteles, procedentes de varios museos y colecciones particulares nunca vistas hasta ahora.
El montaje se inicia con vistas y calles de los suburbios de París, donde Joaquim Sunyer permanece en su primera etapa entre 1896 y 1909, y termina en el año 1923, cuando el Ayuntamiento de Barcelona le dedica una muestra como figura consagrada de la historia del arte catalán y español.Las comisarias, Cristina Mendoza, directora del Museo de Arte Moderno del MNAC, donde ya se ha presentado la exposición, y Mercé Doñate, han dividido el montaje en cuatro etapas del pintor: la época de París (1896-1909), el nuevo lenguaje en los años 1909 y 1911, la consolidación entre 1911 y 1919, y la plenitud (1919-1923), por lo que han titulado su proyecto La construcción de una mirada.
El joven artista llega con 14 años a Barcelona para estudiar Bellas Artes y, tras la muerte de su madre, se marcha a París, donde recibe diversas influencias en sus vistas de calles y apuntes del mundo elegante. Abandona la ciudad y se recluye durante unos meses en Sitges, donde realiza una obra más sólida en los paisajes de carácter mediterráneo, que expone en París, donde se mezclan los dos lenguajes, según explicaron ayer las comisarias.
Sunyer expone en 1911 en Barcelona, donde recibe elogios de Maragall y el silencio de Eugenio d'Ors, con sus paisajes y figuras femeninas como símbolo mitológico. Recibe influencias de los cubistas y de Cézanne, aumenta los retratos de encargo e incorpora el desnudo femenino. Según las comisarias, Sunyer es uno de los representantes en Cataluña del movimiento noucentista, aunque fue un hombre independiente que no necesitaba la tutela de Eugenio d'Ors.
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