La OTAN resta valor al anuncio de Milosevic de retirar tropas de Kosovo

La OTAN consideró ayer una argucia o, en el mejor de los casos, una medida muy por debajo de las exigencias planteadas por los aliados el anuncio del Gobierno yugoslavo de que sus tropas han comenzado a retirarse de la provincia de Kosovo después de haber derrotado a las fuerzas guerrilleras. Portavoces de la OTAN y de los Gobiernos miembros advirtieron de que los bombardeos seguirán a pesar de esa aparente concesión por parte del presidente Slobodan Milosevic, y a pesar también de las reiteradas quejas de China por los daños causados a su Embajada en Belgrado durante un bombardeo en la madrugada del sábado.

La secretaria de Estado norteamericana, Madeleine Albright, calificó el anuncio de retirada de tropas de Kosovo como "una medida a medio camino". "Las cinco condiciones de la OTAN están claras y, hasta que las cumplan, los bombardeos continuarán", añadió el primer ministro británico, Tony Blair. El portavoz de la Alianza, Jamie Shea, fue más incrédulo aún al sugerir que la salida de tropas puede no ser más que una rotación de fuerzas. Rusia aplaudió el gesto de Milosevic. "Se trata de uno de los pasos más serios en el proceso de resolver la crisis", dijeron fuentes oficiales del Gobierno ruso. La voluntad de los aliados de continuar los bombardeos se ha convertido ahora en el principal obstáculo para sumar a China al plan de paz pactado con Rusia. El presidente chino, Jiang Zemin, declaró ayer que su país no discutirá ese plan en la ONU hasta que no cesen los ataques sobre Yugoslavia. El enviado ruso, Víktor Chernomirdin, llegó anoche a Pekín para tratar de aplacar la ira de China. En Roma, Ibrahim Rugova, líder moderado kosovar, pidió un Kosovo "independiente, como otros Estados de la región". Y en Macedonia, los refugiados protagonizaron la primera protesta por el trato que reciben en los campos.