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Pujol asegura que pese a la crisis habrá nuevas inversiones japonesas en Cataluña

La grave crisis económica en la que está inmersa Japón desde hace más de cinco años no será impedimento para que las empresas niponas continúen confiando en Cataluña como receptora de sus inversiones. Esta es la conclusión a la que llegó el presidente de la Generalitat, Jordi Pujol, después de entrevistarse ayer con diversos representantes del sector económico y empresarial de Japón, país que visita oficialmente desde el pasado domingo. Pujol también fue recibido en audiencia privada por el emperador Akihito y la emperatriz Michiko durante casi una hora.

La segunda jornada del presidente catalán en Tokio tuvo un marcado acento económico. Pujol se entrevistó con el presidente de la patronal nipona, con un representante de la Agencia de Promoción Económica y almorzó con más de 30 directivos de empresas químicas, dos de ellas radicadas en Cataluña. La conclusión que Pujol extrajo de sus reuniones con el sector empresarial dista en algunos aspectos de la que los organismos internacionales prevén para este país asiático y de la realidad con la que se encuentran los japoneses día a día. Mientras que el Gobierno del primer ministro, Keizo Obuchi -y así se lo transmitieron los empresarios al líder catalán-, confía en una recuperación de la economía con un crecimiento para este año del 0,5%, tanto el Fondo Monetario Internacional (FMI) como la Organización para la Cooperación y Desarrollo Económico (OCDE) prevén una caída de la economía del 1,4% para el presente año fiscal y del 0,4% para el 2000. El incremento galopante del desempleo, que en marzo se situó en el 4,8% (una cifra astronómica para este país), tampoco fue considerado por Pujol como un freno a las inversiones en el extranjero, ni el hecho de que empresas radicadas en Cataluña hayan anunciado drásticas reducciones de plantillas en Japón, como por ejemplo Sega, Toshiba, Sony, Sanyo y Nissan Motor. Unos alarmantes datos económicos que no crean en Pujol ningún signo de pesimismo. Quizá porque el consejero de Industria, Antoni Subirà, que acompaña al presidente en su visita oficial, podría anunciar hoy una importante inversión de una empresa química nipona en Tarragona. En una improvisada conferencia de prensa, Pujol señaló que él fue uno de los pioneros, a principios de la década de los setenta cuando presidía el Banco Industrial de Cataluña, que confió en el potencial económico de este país asiático. Posteriormente, como presidente de la Generalitat, uno de los primeros viajes oficiales que realizó al extranjero fue precisamente a Japón "cuando en Europa", señaló, "reinaba un ambiente de rechazo económico a este país". Pujol incluso recordó que este viaje no fue muy bien "recibido por el Gobierno central, alguien pretendió ridiculizarlo y restarle importancia. Luego vinieron todos a captar inversiones". El éxito de estas visitas se tradujo, a juicio del líder catalán, en que de las 222 empresas niponas radicadas en España, 128 lo estén en Cataluña. El presidente de la Generalitat también consideró un hecho muy positivo la recepción que le fue ofrecida por los emperadores en su residencia privada y que se prolongó por espacio de 50 minutos. Pujol destacó el reconocimiento que este acto supone para las relaciones entre España y Cataluña con Japón.

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