El bocio aqueja a cuatro de cada diez niños de la Axarquía
A la dieta de los niños de la comarca malagueña de la Axarquía le falta yodo. Esta carencia hace que el 37% de ellos tenga bocio, es decir, un crecimiento anormal del tiroides -una glándula situada en el cuello que segrega las hormonas reguladoras del metabolismo-. También sufren alteraciones del oído. Afortunadamente, el remedio es sencillo y está al alcance de todos: tomar sal yodada. Así se explica en un estudio del Servicio de Endocrinología y Nutrición del Hospital Civil, dirigido por Federico Soriguer, que se hizo público ayer en Málaga. En el curso de esta investigación se exploró a 754 escolares de entre 7 y 12 años en 14 pueblos de la Axarquía. La doctora Millón, encargada del trabajo de campo, detectó que los niños de la Sierra de Almijara eran los más afectados por el déficit de yodo, y padecían de bocio en un 50%. Por contra, sólo un 24% de los que vivían en la costa presentaban esta anomalía. Pero este no es un problema exclusivo de la Axarquía ni de la edad infantil: un estudio similar realizado entre los adultos de la comarca del Bajo Guadalhorce demostró que el 60% de ellos ingiere menos yodo del preciso. La Organización Mundial de la Salud establece que si la prevalencia del bocio en una población supera el 5%, es necesaria una intervención sanitaria. El delegado provincial de Salud de Málaga, Jaime Alonso Oliva, señaló que los resultados de esta investigación se llevarán a la Dirección General de Asistencia Sanitaria, que tomará medidas basadas en la información y el consejo a los usuarios del Servicio Andaluz de Salud. "Todo el mundo debe saber que estos males se corrigen simplemente sustituyendo la sal normal por sal yodada", señaló el doctor Soriguer.
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