El 'subcomandante' Marcos reaparece en público después de dos años y medio
Tras dos años y medio de ausencia, el subcomandante Marcos reapareció en una tribuna de La Realidad pertrechado como siempre: pasamontañas, pipa, pañuelo rojo al cuello y sobada gorra de miliciano, los enseres militares de la sublevación de enero de 1994. En el discurso acusó al Gobierno de Ernesto Zedillo de haberse decidido por "la guerra" para resolver el conflicto de Chiapas, y censuró también al opositor Partido de la Revolución Democrática (PRD), de centro-izquierda, en cuyas filas encuentran acomodo buena parte de las tesis zapatistas.
El encapuchado líder, flanqueado en una tarima de la población chiapaneca por sus lugartenientes Tacho y Moisés, inauguró el II Encuentro entre la Sociedad Civil y el Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN), al que acudieron cerca de mil personas. El propósito de la cita es abundar en torno a los resultados de la consulta sobre derechos indígenas efectuada el pasado 21 de marzo en todo México con la participación de 2,8 millones de personas, según el escrutinio promovido por el EZLN."Los poderosos de México apostaron a que el EZLN había perdido su capacidad de convocatoria", presumió Marcos, a quien sus detractores acusan de retrasar una discusión a fondo de sus diferencias con el Gobierno, a propósito del incumplimiento de los acuerdos de San Andrés de 1996, con el objetivo de llegar a las elecciones presidenciales del 2000 con capacidad de influir.
Las acusaciones contra el gobernante Partido Revolucionario Institucional (PRI) fueron de juzgado de guardia, y el jefe del Gobierno fue insultado personal y políticamente.
"Banda criminal"
En el proceso hacia la designación del candidato oficialista a la presidencia en las elecciones del año próximo, empezóMarcos, el PRI "está refrendando su vocación de banda criminal". Y añadió: "Ni siquiera podríamos decir de crimen organizado, porque están bastante desorganizados. El nuevo capo se convence cada vez más de que deberá repetir la dosis de sangre de 1994 para controlar las cada vez más frecuentes rebeliones de pandillas".El presidente de la República era atacado en estos términos: "A la cabeza de los ridículos, sin nadie con la estatura suficiente para disputarle el centro de estupidez, está Ernesto Zedillo Ponce de León". "Durante más de cuatro años", prosiguió el guerrillero de la selva Lacandona, "ha intentado engañarnos inútilmente a todos con el cuento de que gobierna a este país, y ahora insiste en algo más increíble: no designar a dedo al candidato del PRI a la presidencia del año 2000".
La crisis interna del PRD, un auténtico gallinero, un partido sujeto a una visible acumulación de ambiciones y divergencias programáticas, también mereció la atención del reaparecido insurrecto: "Con la afectación del que se dice víctima de una conspiración [el PRD] olvida que los golpes más dolorosos y definitivos le han venido (...) de su propio lado".
"¡Zapata vive, la lucha sigue!", vitoreaban los asistentes al acto, "un ensayo de democracia", según el poeta Juan Bañuelos. "Un ensayo de democracia que podrá tener sus fallas, pero aquí vienen a hablar ciudadanos de los más experimentados que conocen las problemáticas de los diferentes Estados del país".
