Aznar reitera que no hay alternativa a la Constitución y los estatutos

El presidente del Gobierno, José María Aznar, aseguró ayer en Pamplona que el "gran pacto de convivencia de la Constitución y los estatutos debe mantenerse inalterable en el siglo XXI porque es la mejor manera de garantizar nuestra tranquilidad interna y la convivencia territorial de España". Aznar acudió a la capital navarra en el primer aniversario del asesinato por ETA del portavoz de Unión del Pueblo Navarro en el Ayuntamiento de Pamplona, Tomás Caballero, ocurrido el 6 de mayo de 1998.

En su discurso ante el recién creado Foro Tomás Caballero, el presidente del Gobierno recalcó su apuesta por la validez del actual marco constitucional con la que está respondiendo en las últimas semanas a las reivindicaciones de los nacionalismos. Tras saludar personalmente a los familiares del político asesinado, Aznar aseguró que "no se ha pagado ni se pagará nunca precio alguno" por la paz y reiteró que continuará "la sólida defensa de la legalidad institucional estatutaria y constitucional frente a los intentos por desbordarla". "Hay recetas políticas y sociales", añadió, "que por antiguas ya no funcionan, como los nacionalismos, que no son el camino del siglo XXI, ni el camino del progreso y la convivencia".El jefe del Ejecutivo realizó un encendido elogio del papel del Tribunal Constitucional como "único intérprete válido" del espíritu y la letra de la Constitución. En clara referencia a las aspiraciones soberanistas de los nacionalismos catalán y vasco, Aznar insistió en que el actual modelo de convivencia es "mucho más que un simple acuerdo de competencias", y lo calificó de "un gran pacto de convivencia para el futuro" que algunas fuerzas, a su juicio, desean romper. "Las dinámicas reivindicativas, que son el eje de actuación de algunas fuerzas políticas, deben ser sustituidas por dinámicas cooperadoras, porque no tiene sentido mantener el mismo discurso de 1976, cuando no tenían nada, que en 1999, cuando lo tienen casi todo", señaló el presidente en alusión a la descentralización que ha llevado a España "más allá de los sistemas federales".

Aznar reconoció que la Constitución prevé su propia reforma, pero acusó a los nacionalistas de querer "quebrar" esas posibilidades cambiando "las reglas de juego". Para el presidente del Gobierno, la "flexibilidad" de la Carta Magna sólo la puede interpretar el Tribunal Constitucional, "cuyas decisiones todos debemos aceptar no sólo cuando nos da la razón, sino siempre". Añadió que "nadie debe inventarse una realidad constitucional inexistente o decir que la Constitución dice lo que no dice. Ése es un camino de confrontación sin fin que está equivocado porque no conduce a ninguna parte".

Respecto a la situación del proceso de paz, Aznar reiteró una vez más ante los familiares del edil navarro asesinado por ETA que no habrá modificación alguna en la política penitenciaria, aunque insistió en que éste "será paciente" y "tenderá la mano de la ley y del Estado de derecho" a quienes decidan abandonar el camino de la violencia. "Repito que la paz no puede tener ni tendrá precio", continuó, "porque no se puede cobrar un precio por dejar de hacer lo que nunca debieron comenzar".

Todos los concejales del Ayuntamiento de Pamplona, excepto los de Herri Batasuna, al igual que otras autoridades navarras acudieron ayer al cementerio de Pamplona donde, en un acto íntimo, se le tributó un pequeño homenaje ante su tumba, que aparecía cubierta de ramos de flores.